José Francisco “Tito” López (46) y Mario Fulvio Madaro (51) son dos indiscutidos. Dos hombres de suma confianza del presidente Néstor Kirchner y dos incondicionales de Julio De Vido, el “superministro” de Planificación. Como si hiciera falta alguna otra prueba de su fidelidad pingüina, ambos compraron tierras en El Calafate, la vecindad K. Aunque este nuevo escándalo demostraría que estos dos funcionarios tienen algo más en común.
López ocupa un lugar clave como secretario de Obras Públicas desde que K desembarcó en la Casa Rosada. Este ingeniero civil tucumano, santacruceño por adopción, es la mano derecha de Julio De Vido. Su campo de acción es estratégico, ya que esta secretaría maneja fondos millonarios que se reparten entre gobernadores e intendentes amigos. Se caracteriza por su extremado perfil bajo, pero está acostumbrado a la administración de los recursos para obras públicas. En Santa Cruz fue director del poderoso Instituto de Desarrollo Urbano y Vivienda (IDUV) durante nueve años, mientras Kirchner era gobernador de la provincia.
Si bien una de sus mayores luchas como presidente del Ente Nacional Regulador del Gas (Enargas) es controlar el precio del GNC, Madaro es sobre todo el hombre de De Vido dedicado a la creación y ampliación de los gasoductos. El contador trabaja para el faraónico proyecto del gasoducto sudamericano, que uniría Venezuela, Brasil y la Argentina, con un costo de más de US$ 20 mil millones.
Apenas Kirchner asumió la presidencia, Madaro fue nombrado interventor de la Comisión Nacional de Comunicaciones. Durante los primeros meses de gobierno le encomendaron dos temas delicados: el traspaso al Estado del Correo, que se encontraba en manos del Grupo Macri, y la recuperación del control del espacio radioeléctrico. A pesar de que las designaciones deben realizarse por concurso público, en junio de 2004 asumió por decreto presidencial en el Enargas. De la misma manera ingresó en noviembre del año pasado en esa entidad Ricardo “Pacha” Velasco, pareja de la ministra de Economía, Felisa Miceli.