Uno de los tres secretarios personales de la presidenta, Isidro Bounine, quedó cerca del sobreseímiento el último miércoles en una causa por enriquecimiento ilícito después de que un peritaje oficial probara que su patrimonio está justificado.
Sin embargo, el juez Norberto Oyarbide quedó a cargo de una nueva investigación por presuntas irregularidades en dicho peritaje, informó el diario La Nación. Una denuncia anónima presentada en el juzgado de Claudio Bonadio - el magistrado que investiga a Bounine y otros dos ex secretarios de Cristina - advertía sobre la manipulación en la composición del equipo de peritos, lo que incitó al juez a pedir una investigación sobre la denuncia y la presunta "violación de secretos".
Según el matutino, los profesionales a cargo del peritaje eran Héctor Roccatagliata, miembro del Cuerpo de Peritos Contadores de la Corte y Jorge Luis Fernández, que participó como perito de parte. Los dos se encargaron de dejar plasmado en su informe que Bounine "justifica contar con los fondos suficientes para haber adquirido los bienes cuya titularidad se ha constatado, más un consumo razonable".
El peritaje pedido por Bonadio data del 17 de noviembre pasado. Rocattagliata y Fernández habían mantenido reuniones en tres oportunidades hasta que el primero se enfermó y debió ser reemplazado, a instancias del juez, por Alberto Alonso. De acuerdo a Fernández, éste "unilateralmente cambió los criterios" resueltos con Rocattagliata y a Fernández no le quedó más remedio que notificarselo a Bonadio.
Cuando el magistrado determinó que el peritaje se suspendía hasta el regreso Roccatagliata apareció la denuncia anónima y se habilitó la nueva causa. La suerte de Bounine, por ahora, está por definirse.