Lejos del fragor de la campaña electoral, Néstor Kirchner tiene un experto en “política subliminal”. El titular de la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP), el pingüino Ricardo Echegaray, miembro de la mesa chica kirchnerista y al mando del ente recaudador del Gobierno, ya es el apóstol del “modelo económico” oficial.
El ex titular de la Aduana y del ONCCA, no sólo es el responsable de “los únicos datos positivos que tiene el Gobierno en materia económica”, según definen en la AFIP al crecimiento interanual de dos dígitos del que se jactan. Echegaray visita el Conurbano bonaerense para informar y defender las políticas económicas y promover adhesiones al Acuerdo Fiscal, que habilita una moratoria nacional hasta el 31 de agosto, frente a intendentes y pequeños y medianos empresarios bonaerenses.
Escucha los reclamos, quejas y hace promesas en nombre del Gobierno. Ya estuvo en Florencio Varela y en Ezeiza, con los intendentes Julio Pereyra y Alejandro Granados. Esta semana, bajará a la segunda sección electoral para apuntalar a intendentes, comerciantes, empresarios e industriales.
“Los ministerios diseñan la política, en la AFIP las ejecutamos”, dice Echegaray a sus auditorios suburbanos, respaldando la decisión de Kirchner de convertir al órgano recaudador en un organismo clave, sostén de las políticas oficiales y “ejecutor” del kirchnerismo.