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Efecto Tigresa: cada vez son más las chicas que eligen el boxeo como deporte

No se incomodan con la presencia de los hombres y se animan a practicar con ellos en el cuadrilátero. La mayoría lo practica en forma recreativa y por la exigencia del entrenamiento, pero algunas quieren pelear. En el país sólo hay 25 profesionales y unas 200 amateurs federadas, pero otros cientos, muchas universitarias, entrenan en gimnasios, clubes y en la Facultad de Derecho de la UBA. La Tigresa Acuña y La Monita Oreiro dispararon la moda. Galería de fotos

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LOCA POR EL BOX. Luciana Cupello tiene 20 aos, cursa Medicina, trabaja en el Ministerio de Defensa y quiere subirse al ring. | Cedoc
Uñas pintadas, ropa ajustada, pelo a la moda y andar femenino. Así llegan las chicas al gimnasio y buscan su lugar en medio de bolsas y hombres. Comparten con ellos sogas, guantes, vendas y hasta se les animan en el cuadrilátero para el entrenamiento. En los últimos meses, el boxeo ha traspasado la frontera masculina para convertirse en una de las actividades preferidas por las mujeres. Un poco por lo completo de su entrenamiento, y otro por una moda, impuesta por la llegada del box femenino a la televisión abierta de la mano de Marcela Acuña, “la Tigresa”, femenina, madre y campeona mundial, y Natalia Oreiro, actriz indiscutiblemente sexy, que en Sos mi vida se pone en la piel de una boxeadora, “La Monita”, y todas las noches cautiva a la audiencia.

“La incorporación del boxeo femenino en clubes es bastante nueva. Se terminó el prejuicio de que una mujer que boxea es un hombre. Se cambió a nivel dirigencial y de la sociedad porque las mismas boxeadoras demostraron que aunque se dediquen al boxeo mantienen su estilo femenino, son madres y esposas”, explica Luis Alberto Romio, secretario de la Federación Argentina de Box desde hace 15 años.

Así es como en los últimos meses la actividad está en la grilla de una decena de clubes y se incorporó también en gimnasios de casi todos los barrios de Buenos Aires. Pero aunque se multiplican las chicas que entrenan, son excepcionales los casos de las que piensan en federarse y empezar a pelear. En la actualidad sólo hay 25 federadas profesionales y unas 200 amateurs.

Moda. “Hay cada vez más chicas que vienen a hacer box, se nota mucho el crecimiento pero la mayoría, casi todas, solo hacen recreativo. Cumplen la misma rutina que los hombres y hacen guantes pero no les interesa subirse a un ring”, comenta José Driussi, entrenador de box femenino y masculino del centro de deportes que funciona en la Facultad de Derecho de la UBA. Este fue uno de los primeros lugares donde empezó a practicarse boxeo femenino, de la mano de Víctor Mastronardi y por allí pasaron las campeonas Tigresa Acuña, Alejandra “Locomotora” Olivera y Patricia “Leona” Quirico.

Allí también van muchas chicas que cursan derecho en esa sede, egresadas y estudiantes de otras facultades y también chicas del barrio de la Recoleta, que viven cerca. Como Florencia, de 23 años, estudiante de Economía en la Universidad Católica Argentina: “Antes practicaba esgrima y ahora empecé boxeo. Me encanta practicarlo como deporte pero no me interesa competir ni por casualidad”, cuenta mientras se deja vendar por Driussi.

Ring y libros. Luciana Cupello llega temprano al gimnasio, con la mochila al hombro cargada con los apuntes de la Facultad. Tiene 20 años, cursa primer año de la carrera de Medicina, trabaja en el Ministerio de Defensa y desde hace dos meses empezó a entrenar boxeo: “Siempre me gustó y este año decidí empezar. Me encanta y quiero pelear ya”, dice y mira a su entrenador: “José, ¿empiezo en marzo, no?”, lo apura. Mientras espera el momento del debut, entrena todos los días y va con Driussi a ver peleas. “Te juro que cuando peleo siento una adrenalina que no siento con ninguna otra cosa. Es más fuerte que yo”, se confiesa mientras le pega a la bolsa y se arregla el pelo para las fotos.

Madre, esposa y campeona del mundo
Marcela Tigresa Acuña tiene 30 años y es, además de campeona mundial, la pionera del boxeo femenino en la Argentina: su talento deportivo y su espíritu combativo fueron los que rompieron el prejuicio y lograron que en 2001 la Federación Argentina de Box permitiera federarse a las mujeres. Por supuesto, ella obtuvo la licencia Nº1. “Es una gran satisfacción y una alegría enorme ver que el boxeo femenino esté creciendo así y que cada vez hayan más chicas interesadas en boxear, dice Marcela, que hoy reparte su día entre su exigente rutina de entrenamiento y sus ensayos para Bailando por un sueño 3, donde logró la mayor popularidad de su carrera. “El gran éxito del boxeo femenino empezó este año con La Monita, porque el personaje de Natalia Oreiro es muy real ya que muestra las dos caras: la de la mujer que se enamora y sufre, y la que sale al ring y boxea. Con eso yo empecé a llegar a otro público, que no es el del boxeo. Y por supuesto que ahora, con Bailando..., la popularidad es impresionante”, cuenta aún sorprendida del público nuevo que tiene. “Ojalá siga creciendo. Es un deporte muy lindo”, concluye.