Nunca el dolor de una tragedia es ajeno a la política. Y mucho menos cuando son los mismos dirigentes los que van a buscar agua para su molino, ahí, donde ahora sobra. Es que en medio del temporal que dejó dos muertes y más de 6 mil evacuados, el massismo trató de hundir al gobernador bonaerense Daniel Scioli, que todavía logra mantener la nariz afuera del agua, y encontró una aliada inesperada para contraatacarlo. El kirchnerismo, con su líder internada, logró esquivar la ola mientras que el macrismo sonríe a secas.
Las críticas al gobernador de la Provincia comenzaron a llover al ritmo de las inundaciones. Desde Luján, pasando por San Antonio de Areco hasta en Tres de Febrero, crecía el número de evacuados en territorio bonaerense cuando Scioli adjudicó los desmanes a la "proliferación sin precedentes de barrios cerrados que ha ido en detrimento de los vecinos que los rodean".
"Cuando se da una desigualdad tan grande de que hay una cobertura de un 50 por ciento del territorio solamente de barrios cerrados, esto deteriora el resto de la población por las consecuencias que tienen las tierras que se elevan y que perjudican al resto", puntualizó, al encabezar un acto en Ituzaingó.
Nadie se imaginaba que esas declaraciones serían el puntapié de una campaña más sucia que el propio Riachuelo. Rápido de reflejos, su principal competidor de cara a las elecciones presidenciales del año próximo, salió a responderle. "En Valentín Alsina donde están con el agua hasta las rodillas no hay barrios cerrados. Tampoco en Virrey del Pino, Laferrere, Azul o Pringles y, sin embargo, hay inundación. Eso es buscar culpables y no soluciones, y lo que tenemos es buscar soluciones", lanzó Massa.
La interna se hizo pública por un evento cargado de simbolismo: el equipo de futsal de Scioli, Villa La Ñata, tenía que hacer de local en Benavídez, partido de Tigre, emblema de Massa. Pero, por las fuertes lluvias, el estadio no se encontraba en condiciones y, finalmente, se jugó en Pilar, tierras del intendente massista Humberto Zúccaro. Hasta allí fue el gobernador, a donde se calzó la camiseta naranja y estuvo en el banco de su equipo, pero no ingresó al campo de juego.
Las imágenes se difundieron rápidamente por gestiones del massismo: llegaron al canal América TV en cuestión de minutos, que las transmitió en el programa Intratables. "Estuve media hora. Llegué con el partido empezado, pasé a saludar", aclaró Scioli. Y explicó: “A mí me habían dicho que Zúccaro mandó a alguien a filmar y se lo iban a mandar a América y a un diario”.
En conversación con Santiago del Moro, aprovechó para contraatacar: "Esta gente que dice que son la renovación y la nueva política actúan de esta forma. Estuve en un centro de evacuados diez minutos antes de estas imágenes pero esta gente pensó que con esto llevan agua para su molino”. Sin embargo, hubo frases más duras. “Para mí el deporte me cura la salud, me hace bien a la salud. ¿está mal hacer deportes?. Otros se tienen que drogar o tomar alcohol o pastillas. Yo hago deportes", remató.
¿Scioli se estaba sumando a las declaraciones de Elisa Carrió, que acostumbra a vincular a Massa con el narcotráfico? Ante la duda, el tigrense movió fichas. En la mañana del martes, el diputado se presentó en Tribunales junto a sus abogados para denunciar a la referente de UNEN por sus “sistemáticas acusaciones injuriosas” y hasta pidió que se le hicieran pruebas psiquiátricas. El tigrense no dijo si le preocupaba que Scioli y Carrió lo dejen vinculado al narcotráfico, pero en una fría mañana post-temporal, estaba demás preguntárselo.
La aliada inesperada del sciolismo también se sumó a las críticas y respondió en duros términos. “De la locura se vuelve, del narcotráfico no”, le espetó Carrió, mediante un comunicado. Más aún, la chaqueña le recordó al del Frente Renovador su cercana relación con funcionarios del gobierno: “Massa toma el mismo camino de sus amigos y viejos compañeros de ruta, Amado Boudou y Anibal Fernández, una vez más queda claro que son lo mismo”.
El kirchnerismo miró el partido desde afuera. Con la presienta Cristina Fernández de Kirchner internada en el Sanatorio Otamendi desde el domingo, salió ileso de la situación. El jefe de Gabinete Jorge Capitanich brindó el lunes el número de evacuados y los distritos afectados. El martes, en compañía del ministro de Economía Axel Kicillof y el titular de ANSES Diego Bossio, anunció que duplicarán todo tipo de pensiones a los afectados por el temporal.
El que sonrío a secas, en cambio, fue el jefe de Gobierno porteño Mauricio Macri que, pese a tenerlo abierto, esta vez no necesitó del paraguas. En conversación con Radio Vórterix, evaluó la pelea entre Scioli y Massa como una “interna del PJ” por lo que no se quiso meter en la pelea. “Quiero hablar de lo que hemos hecho, porque en la Ciudad llovió y la Ciudad aguantó”, dijo.
En esa línea, celebró que las obras vinculadas a los arroyos Vega y Maldonado estén completas en un 80%. “Por suerte estamos contentos con haber decidido encarar este plan hidráulico maestro porque el agua causa daños gigantescos, la gente pierde todo", afirmó. Y remató: “Me acuerdo cuando me decían que no sabía nada de política por hacer obras que vayan por debajo del suelo, me decían que no servían porque la gente no las veía”.
¿Asunto resuelto? En medio de la pelea entre Scioli y Massa, en sintonía con lo que había pedido el tigrense, el ministro de Seguridad bonaerense Alejandro Granados se reunió con los intendentes del Frente Renovador para sellar el convenio para adherir a la Policía Comunal. El acuerdo se concretó a última hora del martes. Si bien representa un gesto de cordialidad, para muchos sólo se trata de la calma que antecede al huracán.
(*) De la redacción de Perfil.com