La presentación de un nuevo borrador de la ley Bases durante la semana que comienza pondrá a prueba una vez más el vínculo de Javier Milei y de la Casa Rosada con los mandatarios provinciales.
Tras varias reuniones con mandatarios, jefes de bloques, idas y vueltas, el oficialismo hará circular en los primeros días de la semana una nueva ley Bases y, por separado, el paquete fiscal cuyo punto más controversial es Ganancias.
Este fin de semana se está terminando de definir cuál sería el piso para la cuarta categoría. La discusión se ubicó entre un piso de $ 1.600.000 o $ 2.000.000. Desde el gobierno quieren $ 1.800.000 de piso como máximo. Así lo dijo el propio Francos ayer. En tanto, los gobernadores patagónicos pretenden el piso en $ 3.000.000.
Entre la conversión también se cuela lo relacionado con la reforma laboral. Tras la última reunión de Guillermo Francos en la Casa Rosada con mandatarios de JxC, el oficialismo señaló que no formó parte de la conversación. Pese a ello, los mandatarios presionan. Otro punto que se conversa es lo relacionado con los fondos para las las cajas jubilatorias. Los gobernadores piden una solución definitiva.
Pese al apoyo en lo general que tiene el Gobierno por parte de los gobernadores, persisten las dudas en las provincias dispuestas a apoyar no solo por el articulado de los textos sino también por la dramática caída de transferencia de fondos automáticos y discrecionales.
Y es que la motosierra fiscal que lleva adelante Milei muestra cada vez más síntomas de impacto en la actividad económica, caída de la recaudación y baja de los giros automáticos a las provincias. Solo en marzo, las provincias dejaron de percibir $ 969.445 millones si suman la caída en las transferencias automáticas y los ATN disponibles que no fueron girados.
En marzo, las provincias recibieron fondos coparticipables por $ 2,2 billones, con una caída interanual del 28,1%, según un informe del Iaraf. Si la recaudación hubiese acompañado la evolución de la inflación, las provincias deberían haber percibido $ 3,09 billones.
La abrupta caída de los fondos se explica por dos ítems: una recaudación menor del 18% en IVA y un 41% menos recaudado en Ganancias. Por ahora, la caída de la actividad parecería no tener piso.
“Nación, juntamente con las provincias, deberían marcar una hoja de ruta fiscal y de esa manera determinar cuál será el flujo de fondos”, analizó el titular del Iaraf, Nadin Argañaraz, en diálogo con PERFIL.
Para Argañaraz, la imposibilidad de determinar un flujo de fondos desde Nación a las arcas de las provincias podría habilitar el aumento de los tributos provinciales, como Ingresos Brutos, o la suba de las tasas municipales.
Según el titular del Iaraf, el impacto positivo que podría tener la cosecha gruesa podría implicar un piso en los niveles de la actividad y significar un cambio de tendencia. “La cosecha es una oportunidad que hay que saber aprovechar”, analizó.
Hasta el momento, las provincias han tenido un fuerte impacto. De cada diez pesos que reciben, han dejado de percibir poco menos de cuatro si se tienen en cuenta tanto las transferencias automáticas como las discrecionales. Entre ambas, deberían haber percibido en marzo $ 3,5 billones pero recibieron solo $ 2,3 billones. A la dramática caída de la actividad (las transferencias automáticas no solo caen respecto de marzo de 2023 sino también respecto de enero de este año) se suma la decisión política de no girar fondos a las provincias.
Un dato lo demuestra: los ATN, que dependen de Francos, tienen disponibles $ 108 mil millones. En lo que va de la gestión libertaria solo han utilizado $ 7.300 millones.