Las cuatro gremiales de agricultores paralizarán la comercialización de granos y ganado durante cuatro días a partir del lunes, en rechazo a un aumento de 30% a 33% en los impuestos sobre las exportaciones de soja y derivados, en la primera huelga contra el gobierno de Alberto Fernández. Cuatro días después de asumir el cargo, ya subió este impuesto del 24,7% al 30% alegando la "grave situación por la que atraviesan las finanzas públicas".
La decisión de ir a la huelga, anunciada el pasado jueves 5 de marzo por los productores de la asociación Confederaciones Rurales de Argentina (CRA) y ratificada y adherida después por la Federación Agraria Argentina (FAA), la Sociedad Rural y la Confederación Intercooperativa Agropecuaria (Coninagro). Los convocantes ratificaron que la medida de fuerza "no peligra la paz social" además de que no incluye "tractorazos" ni cortes de ruta.
El aumento de las retenciones fue confirmado el 3 de marzo por el ministro de Agricultura, Ganadería y Pesca, Luis Basterra, y abarca a los derivados de la soya (harinas y aceites). La Mesa de Enlace, integrada por las cuatro mayores patronales agropecuarias del país, había declarado entonces su desacuerdo con el incremento de la carga impositiva esgrimiendo que "nuevamente será el campo el que pagará las deudas y los costos de una crisis" que no generó.
La alícuota pasará así del 30% al 33% siendo el único rubro dentro del sector agropecuario que se vio afectado por la suba de impuestos. La CRA dijo que el aumento marca "la frágil situación a la que se expone al sector más productivo, más competitivo, más federal y que genera empleo genuino en Argentina". "Esto solo generará una menor producción que veremos reflejada en la próxima campaña con una disminución de la intención de siembra y una clara reducción en el paquete tecnológico a invertir", agregó la comunicación.
Según funcionarios citados por el diario Clarín, el propio presidente habría decidido no reabrir las negociaciones con las patronales agrarias, alegando que ya lo han hecho, "solo que ellos quieren ganar siempre". Los impuestos a las exportaciones fueron eje de un severo conflicto entre el sector rural y el Gobierno en 2008, cuando Fernández era jefe de Gabinete de Cristina Fernández.
Argentina es uno de los principales exportadores mundiales de soja y derivados. Esta es, además, su principal exportación, por delante incluso de la carne de vacuno. Según datos oficiales, en 2019 las colocaciones de soja y derivados (aceites, harinas y biodiésel) sumaron 16.494 millones de dólares, un 13,8% más que en 2018. El sector sojero será el único dentro de la actividad agropecuaria que enfrentará la suba de impuestos, ya que el maíz, trigo y el sorgo en granos así como los lácteos y la carne mantendrán su actual alícuota.
En tanto, los derechos de exportación del girasol, incluyendo el aceite, bajarán del 12% al 7%, mientras que los de la harina de maíz lo harán del 9% al 5%, y los de las harinas de trigo se reducirán del 9% al 7%. Otros rubros con baja en los impuestos corresponden al arroz pulido, maní y pescado, según datos del ministerio de Economía.
DS