Su nombre se instaló en la mirada del público en medio del conflicto por la retenciones cuando distintos movimientos kirchneristas lo contrataron para encargarse del armado y mantenimiento de las carpas instaladas frente al Congreso. A gran velocidad, su figura escaló mediáticamente con el mote de "el carpero K". Ahora, José Luis "Yiyo" Fiezzi vuelve al ruedo como candidato político dispuesto a arrancarle poder al kircherismo en las internas peronistas de Quilmes, uno de los distritos más fuertes del conurbano bonaerense.
"Yo tenía una pequeña agrupación que era más un pasatiempo que otra cosa", admite. "Tengo muchísima fe pero no producto de la locura sino de la realidad. No es una cosa tirada de los pelos ni que uno se cree absolutamente nada", dice más tarde el hombre encolumnado tras Aldo Rico en eso que ambos llaman "peronismo en serio".
A Fiezzi se lo escucha tentado por defenestrar a Francisco Gutierrez, jefe comunal de Quilmes. De hecho, no tardará en decirle a Perfil.com que su gestión al mando del distrito bonaerense "no es peronista" sino "del polo social" defendiendo "la cosa cubana, diciendo a su manera que Cuba tiene democracia". Fiezzi está en la vereda opuesta. Reconoce que las carpas K en el Congreso sirvieron de promoción pero ahora se corta solo.
"Me motiva participar", confiesa. "El intendente subió a un 300 por ciento los sueldos y ya están echando mano al presupuesto del año que viene", se queja. "Con Rico somos el peronismo en serio, el peronismo de la producción, de la defensa del trabajo", asegura y propone trabajar en la figura de Rico para dejar de estigmatizarlo.
Como peronista recuerda a su abuela, Lucia Burgos de Fiezzi, senadora justicialista. "Fue una de las primeras legisladoras, había que tener huevo para estar ahí" al tiempo que recuerda el paso de sus familiares por la política en los años de la "Revolución Libertadora", dictadura donde "te mataban por peronista, no por montonero".
Carpero K. Cuando se refiere a sus 36 días al mando de la organización y mantenimiento de las carpas en Congreso reconoce, en principio, lo primordial: fue llamado por Marcelo Mayo para montar una estructura de Compromiso K y recibió dinero de Rudy Ulloa, al que considera una "gran persona". No obstante, fueron "80 lucas" las que quedaron sin saldar y es nada menos que Oscar Parrilli, secretario general de la Presidencia, el moroso. Entre bromas y sinceramientos, Fiezzi reconoce: "Cuando me lo cruce le voy a preguntar si piensa pagarme".
En Quilmes se tiene fe. La misma que su jefe político en San Miguel. "Es una topadora. Lo suyo es un trámite".