Esta semana asumió como nuevo rector de la UBA Alberto Barbieri, quien nombró como vicerrector de esa alta casa de estudios a Darío Richarte, el ex segundo de la SIDE en tiempos de Fernando de la Rúa, junto a otro grupo de radicales que coparon el consejo directivo.
Al flamante vicerrector lo pone de mal humor que lo acusen de haber sido parte del Grupo Sushi, aquel círculo de extrema confianza que hacía de guardia pretoriana y generadora de ideas del entonces presidente Fernando de la Rúa. “No digan que soy ex sushi”, advierte Richarte cuando le recuerdan su paso como ex número dos de la SIDE durante el gobierno de la Alianza.
Sin embargo, el ex Señor 8, en la jerga de los espías criollos, hoy recibe en su estudio jurídico a funcionarios del gobierno de Mauricio Macri con la misma fraternidad con que les abría las puertas de su despacho en la SIDE cuando revistaban en las filas del Grupo Sushi.
Ahora sus detractores en la UBA lo acusan de estar mencionado en una causa por el faltante de 18 millones de pesos durante su paso por la SIDE. En realidad, ese caso jamás existió. Hace cuatro años, el propio organismo de inteligencia advirtió que no hay ni siquiera un sumario abierto por ese tema, y consta en la causa de las coimas en el Senado (ver recuadro).
En la lista de los clientes más importantes del estudio Richarte se encuentran el ex titular del Occovi, Sergio Uberti; el secretario de Energía de la Nación, Daniel Cameron; el vicepresidente Amado Boudou y hasta su inseparable amigo, el millonario empresario José María “Nariga” Núñez Carmona.
En la grilla de los abonados al estudio también se encuentra el vocero presidencial, Alfredo Scoccimarro; el ex jefe de Gabinete Juan Manuel Abal Medina y el ex subsecretario de Comunicación Pública Rodrigo “Rodra” Rodríguez.
De todas las causas sensibles que tuvo el kirchnerismo en la Justicia, pocas son las que no pasaron en forma directa por las manos de Richarte. Aunque de manera indirecta también, ya que un importante número de pequeños estudios y abogados sin renombre giran como satélites alrededor del iluminado bufete de la calle Paraguay.
Desde el expediente por el valijero Antonini Wilson, pasando por el caso Ciccone, la utilización de fondos de Fútbol para Todos para atacar a la oposición y hasta la megaestafa del caso Schoklender en el manejo de dinero para la Fundación Sueños Compartidos, que administraban las Madres de Plaza de Mayo.
Otro de los abonados es el diputado del Frente Renovador Sergio Massa. Cuando era intendente de Tigre, le confió la defensa del municipio en el escándalo de las viviendas del programa Sueños Compartidos. Pero la relación viene desde antes.
También tiene como abonado al dúo Matías Garfunkel y Sergio Szpolski, dueños de una cadena de medios oficialistas. Y al presidente de Boca Juniors, Daniel Angelici, ligado la línea radical del partido de Mauricio Macri.
Repudio de la Fuba
Ayer, en una conferencia de prensa a la que llamaron especialmente, los miembros de la Federación Universitaria de Buenos Aires dejaron en claro que, más allá de repudiar todo el proceso electivo, tienen en Darío Richarte a su nuevo enemigo. Lo que más molesta, dijeron, es que desde su rol en la “SIDE esta implicado en la causa por la represión del 19 y 20 de diciembre”. La presidenta de la FUBA, Martha Linares, dijo: “El rector hace una provocación a los docentes y estudiantes que venimos reclamando mayor democracia en la UBA, al designar a Richarte, ligado a casos de corrupción, y demuestra lo alejado que está su proyecto de la defensa de la educación”.