“Tuvo cuatro años para hablar, ¿por qué no me deja hablar a mí, por favor?", pidió el presidente Alberto Fernández, visiblemente fastidiado, al diputado del PRO Fernando Iglesias que lo venia interrumpiendo desde el inicio del mensaje apenas pasado el mediodía. El recinto estaba a menos del 30% de su capacidad total, pero el mensaje del mandatario logró generar un intenso clima que tuvo varios hitos de enfrentamiento entre el oficialismo y la oposición.
Iglesias, junto con su coequiper provocador del PRO, el bonaerense Waldo Wolff fueron protagonistas de parte de la ebullición que se registró en el hemiciclo de la Cámara baja y a medida que Alberto Fernández avanzaba con sus conceptos, ellos iban retrucando desde sus bancas.
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Aplausos, gritos y arengas fueron las variantes más comunes, entre ellos el del ministro de Obras Públicas Gabriel Katopodis que no se aguantó la emoción y se corrió el barbijo para gritar desde su palco “¡Vamos, presidente!”.
Alberto Fernández iba subiendo cada vez más el tono e incluso la vicepresidenta Cristina Kirchner, puso una de sus manos sobre el antebrazo en un gesto por intentar calmar su molestia, aunque no logró bajar la intensidad.
“Calmate querido”, había espetado minutos antes Cristina Kirchner frente a los gritos de los diputados, que también trajeron a la memoria el nombre de “Lázaro Báez”, recientemente condenado por lavado de dinero a 12 años de prisión. Precisamente, el mandatario justo había hecho mención a los medios, que “detrás de la objetividad escriben preservando intereses de poderes económicos concentrados”.
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Presentes y ausentes en la Asamblea Legislativa
Las restricciones a la capacidad del recinto hicieron reducir drásticamente la lista de asistentes habilitados, aunque algunos que figuraban en la lista no participaron de la 139° Apertura de Sesiones Ordinarias. Carla Vizzotti, la ministra de Salud, que había anticipado su ausencia tras dar positivo su test de coronavirus, apareció en la pantalla gigante del recinto junto a los gobernadores que también lo hicieron bajo la modalidad a distancia.
Santiago Cafiero, jefe de Gabinete, fue otro de los que no estuvieron en el Congreso, al igual que el canciller Felipe Solá, que a último momento confirmó que no iba a estar ya que se encuentra a la espera del resultado de un hisopado.
El Presidente tampoco estuvo acompañado por la primera dama, Fabiola Yáñez, una de las integrantes del entorno más estrecho que no está vacunada contra el coronavirus, aunque no trascendieron los motivos de su decisión de hoy.
Los integrantes de la Corte Suprema de Justicia, en tanto, aparecieron en la pantalla gigante del recinto, participando de manera conjunta y virtual desde el Palacio de Tribunales, mientras tomaban nota de varios mensajes que envió el Presidente a la Justicia y que no pasaron desapercibidos.
La careta de Gildo Insfrán
La diputada de la Coalición Cívica Mónica Frade, una de las legisladoras opositoras que viajó a la provincia de Formosa para conocer de cerca la situación de los centros de aislamiento, apareció enfundada en una remera a rayas, que suelen vestir los presos. En el pecho, la leyenda "31-08-2020 Clorinda", en alusión a las restricciones a la circulación que azotan a los formoseños que fueron denunciadas a la Justicia y que incluso hizo intervenir a la Corte Suprema de la Nación para habilitar el ingreso de los varados.
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Junto a su banca, había una careta del gobernador local Gildo Insfrán, portando también el particular sombrero de preso a rayas blancas y negras.
Barbijo sí, barbijo no
El uso de tapabocas fue uno de los comentarios generalizados en el recinto de la Cámara de Diputados, en medio de las numerosas modificaciones se exigieron por la pandemia de coronavirus pero que no todos respetaron.
“Ponete el barbijo”, le gritó Iglesias a Cristina Kirchner al comenzar la sesión. La vicepresidenta no se colocó el tapabocas en ningún momento de la jornada, mientras el Presidente llegó portando uno de los barbijos Atom Protect, desarrollado por el Conicet, que solo se quitó al momento de hablar. Sergio Massa, por su parte, lo utilizó en algunos tramos y Claudia Ledesma de Zamora, presidenta provisional del Senado, siguió la línea de CFK: nunca se lo puso.
El “fortalecismo”
Alberto Fernández llegó a la cita con su discurso previamente redactado y durante la mayoría del tiempo se ajustó al texto, aunque no faltaron los furcios. Al momento de hacer el diagnóstico sobre su gestión 2020, acuñó el curioso término “fortalecismo” y para salir del paso, dijo “es una mezcla de fortalecer y peronismo”, lo que generó murmullos y aplausos de los acólitos oficialistas.
