"Ministro usted debe renunciar", reclamó la senadora justicialista. Corrían los primeros días de mayo de 1996 y el entonces ministro de Defensa menemista, Oscar Camilión, era interpelado en el Senado por el caso de la venta ilegal de armas y quien le reclamaba la dimisión era Cristina Fernández de Kirchner.
Por esos días se analizaba que el juez federal Jorge Urso tenía previsto citar a declaración indagatoria a Camilión.
"Señora usted no tiene ni la edad ni la trayectoria como para realizar un pedido semejante", le respondió Camilión a Cristina Fernández, que insistió en pedirle que renunciara por esta sospechado.
¿Qué pensará la Presidenta dieciocho años después cuando el tablero político la encuentra del otro lado? El máximo funcionario de su gobierno, después de ella, fue citado a indagatoria en la causa Ciccone.
Pero Cristina Fernández parece haber decidido obviar totalmente a Boudou, no sólo de las decisiones políticas -hace tiempo- sino de cualquier referencia a su situación judicial.
A seis días del llamado a citación indagatoria de Boudou por parte del juez Ariel Lijo, la Presidenta no formuló ninguna alusión al tema y prefirió el silencio, pese a que encabezó tres actos de gestión con sus respectivos discursos.
"Esto la descolocó", aseguró un funcionario, que explicó que antes que salir a defender a Boudou, la mandataria prefirió borrar ese asunto de sus discursos.
Ahora bien, el hecho que la propia Presidenta no salga a defender a su vice, aunque sea en 140 caracteres de su cuenta de twitter, ¿cómo debe interpretarse? Está claro que el mismo viernes, Cristina instruyó a su Jefe de Gabinete, Jorge Capitanich, y al ministro de Defensa, Agustín Rossi, para que salgan a defender a Boudou. Pero nada mas.