Después del episodio en el que una multitud de militantes y vecinos se acercaron a acompañar el fin de semana a la vicepresidenta Cristina Kirchner, la Policía de la Ciudad reprimió y con el pasar de las horas quedó superado en capítulo en torno a las vallas, la tensión volvió el domingo a la noche.
Fue un día después de un largo sábado que cerró con el improvisado discurso en el que la vicepresidenta le agradeció a los presentes, criticó a la Ciudad por el operativo y les pidió que se vayan a descansar. La zona quedó liberada con el paso de las horas pero en el amanecer del domingo nuevamente volvió al lugar un grupo de militantes.
Cerca de las 13 del domingo la vice salió por la puerta de servicio ubicada sobre el costado de su edificio que da a Juncal y saludó a un puñado de personas que estaba en el lugar, se subió a uno de los Toyota Corolla en los que se mueve y junto a su custodia se fue a almorzar a Montserrat, con su hija Florencia.
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Cinco minutos antes de las 20, CFK volvió a su casa y un grupo todavía más numeroso la recibió. Bajó de su auto y caminó varios metros por la calle para saludar a quienes la esperaban. Mientras eso sucedía, en los estudios del canal TN, el ministro de Seguridad porteño Marcelo D'Alessandro advertía: "Si no despejan, vamos a actuar".
La advertencia llegó como respuesta a un supuesto incumplimiento de un acuerdo al que la noche anterior, después del episodio de las vallas y la represión, habían llegado D'Alessandro, el ministro de Gobierno porteño Jorge Macri, y los ministros nacionales de Seguridad, Aníbal Fernández; del Interior, Eduardo "Wado" de Pedro, y el vice de Justicia, Juan Martín Mena.
En esa reunión, el acuerdo habría sido que la Ciudad ordenaba el repliegue de la Policía de la Ciudad y la Nación se comprometía a despejar la calle. Eso se cumplió el sábado a la noche pero el domingo a la tarde la esquina en la que vive la vicepresidenta estuvo cortada por algunos minutos.
Un pelotón policial
La advertencia del ministro de Seguridad porteño no quedó como una frase lanzada en televisión. Pudieron comprobarlo quienes pasadas las 20 anduvieron por los alrededores de la emblemática esquina de Recoleta.
Es que cerca de un centenar de efectivos del Cuerpo de Infantería llegaron hasta el lugar y comenzaron a avanzar: llevaron sus motos, patrulleros y hasta el camión hidrante.
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Si bien en un momento pareció que iban a avanzar hacia la casa de la vicepresidenta, sobre la esquina de Juncal y Uruguay apenas permanecía una treintena de personas sentadas en las veredas: la circulación sólo estaba cortada por la gran cantidad de efectivos policiales ubicados en Juncal y Paraná.
A dos cuadras, en Santa Fe y Uruguay el escaso tránsito de domingo a la noche era reemplazado por otro pelotón de patrulleros, combis y camiones color negro de la policía local. Este grupo pareció posicionarse como una especie de apoyo que, afortunadamente, no entró en la escena y pasadas las 22 se retiró del lugar.
Mañana tranquila en Recoleta
Este lunes, en tanto, la esquina amaneció liberada: contados militantes y presencia periodística. Sin embargo, la Ciudad envió un grupo de agentes de tránsito para controlar que no vuelva a interrumpirse la circulación normal en esa esquina. En tanto, hay expectativa en torno a lo que pueda ocurrir esta semana.
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La gran pregunta: ¿seguirá la vigilia de militantes y vecinos en apoyo a la vicepresidenta? Por el momento no se sabe y los vecinos de la zona aprovechan para recuperar al menos transitoriamente la tranquilidad alterada en varias ocasiones durante la semana pasada.
"Tienen que cumplir ciertas reglas que respeten la convivencia en el barrio: sostener la circulación vehicular, que uno pueda acompañar hasta determinada hora, sin ruido, sin parrillas y sin fuegos artificiales. Vamos a trabajar para respetar eso", dijo esta mañana el jefe de Gabinete porteño Felipe Miguel en declaraciones a Radio Con Vos.
AS/ff
