El dúo de ex fiscales

Eamon Müllen junto a José Barbaccia, ex fiscales nacionales en el caso Amia tras renunciar  ante la Procuración Genearl de la Nación para evitar el juicio político, no pudieron impedir ahora la acusación penal en su contra, “por privación ilegal de la libertad”.

Tanto Müllen como Barbaccia en su momento alegaron que sus renuncias se debían a cuestiones personales. Mientras que el primero argumentó un “estricto pedido familiar”, el segundo manifestó “cansancio moral”.

Luego de que los dos dejaran sus cargos en la fiscalía federal 9, después de una década, se asociaron como abogados: la defensa de los directivos de la aerolínea Souther Winds, en el escándalo del tráfico de cocaína a España en aviones de esa empresa fue su primera causa.

Müllen, de 46 años, fue el primero en renunciar ante el Procurador Esteban Righi el primero de julio de 2004. Ese mismo año, en abril, había sido expulsado de la sal de audiencias del juicio oral por el atentado a la AMIA por decisión de los jueces Gerardo Larrambebere, Miguel Pons y Guillermo Gordo, por entender que era sospechoso de un delito.

A partir de allí, Müllen dejó de su papel de perseguidor, para convertirse en acusado de haber encubierto el pago ilegal de 400 mil dólares al detenido Carlos Telleldín a cambio de una declaraciones en 1996.

Barbaccia, a diferencia de su colega, jamás fue expulsado de la sala de audiencias del juicio oral, porque en la práctica él solo había optado por dejar de concurrir a las mismas. Sin embargo, se lo incluyó en la resolución donde se tomó esta decisión para con Mullen.

Los ex fiscales que una vez eludieron un juicio político, ahora tendrán que enfrentar a la justicia, como responsables por su actuación en la causa que ya lleva más de 12 años de impunidad.