Alberto Fernández sabía que después de los nueve días de confinamiento estricto, Horacio Rodríguez Larreta volvería a sostener la presencialidad en las escuelas. El jefe de Gobierno porteño se lo dijo en la conversación telefónica que mantuvieron una semana atrás cuando se comprometió a acompañar las medidas porque solo se trataría de suspender las clases por tres días hábiles.
El Presidente aceptó esta posición pero también espera que cuando se vuelva a cerrar de manera fuerte, el funcionario de Juntos por el Cambio vuelva a apoyar una nueva cuarentena que también incluya a las escuelas.
El jefe de Estado entendió que la defensa de las clases presenciales se convirtió en la principal bandera de la oposición. “No iba a haber ningún análisis de la situación epidemiológica, sabíamos que iba a volver a abrir las escuelas aunque los números del coronavirus indiquen que Capital Federal continúa en alarma sanitaria”, dicen en la intimidad presidencial.
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En la Quinta de Olivos, en donde el Presidente pasó la etapa más dura del confinamiento, repiten: “Cumplir, cumplió, ahora Larreta vuelve a infringir un DNU”. El acuerdo fue por tres días y así lo admite el Presidente.
Fernández y Larreta retomaron el diálogo el mismo día de los anuncios. En una conversación privada el jefe de Gabinete le aseguró que acompañaría la medida porque solo se trataría de tres días hábiles, ya que en esa misma charla acordaron restablecer el feriado del 24 de mayo.
"Sabíamos que iba a volver a abrir aunque los números indican que sigue la alarma sanitaria"
El encargado de apuntar contra Larreta y vocero del Gobierno en la crítica contra el dirigente porteño fue el ministro de Educación, Nicolás Trotta. “Le pedimos a Larreta que sea responsable, que escuche un poco más a los sanitaristas, que dialogue con los enfermeros, con los médicos que están en terapias, para conocer la problemática que estamos transitando, y que deje de especular”, dijo el funcionario. Y agregó: “Me parece que se está guiando más por una cuestión de especulación política que por la responsabilidad que viene con el cargo de asumir las decisiones que hay que tomar en el marco de la excepcionalidad de la pandemia”.
No hubo ninguna intención del gobierno nacional de volver a hablar con los funcionarios porteños y discutir sobre las clases presenciales que seguirán suspendidas en la mayoría de los distritos de la provincia de Buenos Aires. Esta vez, no hubo ni reunión de los jefes de Gabinete convocada por Santiago Cafiero ni una nueva conversación entre el Presidente y Larreta. “Sabíamos que era así y sabemos que vamos a tener que volver a cerrar en unas semanas, en ese momento es cuando esperamos que nos vuelva a acompañar”, explicaron en el entorno presidencial.
El objetivo es que ante la suba de casos y saturación del sistema de salud el Presidente vuelva a tener el apoyo de los gobernadores y del jefe de Gobierno porteño para implementar medidas más duras como las que terminan el 31 de mayo. En la Casa Rosada creen que aún quedan dos meses duros en los que las escuelas volverán a tener que cerrarse, incluso en la Ciudad.