“Argentina va a hacer todos los esfuerzos para que alguna vez podamos alcanzar una paz definitiva en Medio Oriente”. Mirando a la cara de su colega israelí Shimon Peres, la presidenta argentina Cristina Kirchner se vistió de paloma el martes pasado en la Casa Rosada. Tan sólo un día después de su mensaje de paz, Roberto Ahuad se convertía en el nuevo embajador argentino en Siria. Se trata de un reconocido líder de la comunidad árabe local que en enero pasado convocó una marcha de repudio frente a la embajada israelí en Buenos Aires, para anunciar que “Israel es un Estado terrorista”.
Bajo un sol abrasador y en nombre de la Federación de Entidades Argentino Arabes (Fearab), Ahuad condenó entonces al “holocausto palestino” llevado a cabo por “las fuerzas armadas del Estado genocida de Israel” en la invasión a la Franja de Gaza. El acto finalizó con hechos de violencia cuando algunos manifestantes atacaron la embajada lanzando palos, huevos y zapatos.
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