Cuando, el año pasado, las sospechas de corrupción en Petrobras no paraban de crecer, como un derrame de petróleo en el océano, tanto el Departamento de Justicia como la Comisión de Valores habían iniciado investigaciones secretas para saber si la compañía brasileña había violado el acta de prácticas corruptas en el exterior.
La intervención de la SEC se debió a que hay acciones de la empresa –las que no pertenecen al estado brasileño– que cotizan en la Bolsa de Valores de Nueva York. Petrobras indicó que cumpliría con la solicitud de la SEC tras consultar a sus abogados en Brasil y EE.UU. La causa abierta por la SEC traería aparejadas grandes multas monetarias para el consorcio.
Unos meses atrás, la Policía Federal de Brasil, órgano que lleva adelante la investigación de la Operación Lava-Jato, ya había contactado a la SEC para un caso en particular: determinar si trabajadores de Petrobras habían recibido coimas por parte de la empresa holandesa SBM Offshore. La denuncia se habría iniciado en 2012, después de que un ex empleado de SBM denunciara el pago de sobornos, “aparentemente destinados a funcionarios públicos”. La Contraloría General de Unión de Brasil les pidió al gobierno de Holanda y a la SEC ayuda para recabar la información necesaria.
Además, el órgano regulador también abrió una pesquisa policial para indagar denuncias de irregularidades y sobre precios en la compra de una refinería en Pasadena, Texas, por parte de la petrolera.
Esta semana, la petrolera brasileña pidió una prórroga en la entrega de su informe anual de 2014 a la SEC. La empresa afirma que lo hará el 15 de mayo.