POLITICA
recibio la visita de su esposa

El ex ministro seguirá el fin de semana en el hospital de la cárcel

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Celda. De Vido espera la definición del juez: si se queda en Ezeiza o lo llevan a Marcos Paz. | Cedoc Perfil
Alessandra “Laly” Minnicelli cruzó las puertas de la cárcel de Ezeiza para ver a su marido, el otrora poderoso Julio De Vido. La ex titular de la Sindicatura General de la Nación (Sigen), un organismo de control del Estado y sus empresas durante el kircherismo, se reencontró con su marido el jueves, en el hospital de Ezeiza, donde el ex ministro de Planificación permanecerá durante el fin de semana.
Minnicelli llegó acompañada por un sobrino y trató de llevarle unas mudas de ropa pero el Servicio Penitenciario Federal habría objetado el color de las prendas porque se asemejaba al del uniforme de los guardias, pudo saber PERFIL.

De Vido permanecerá todo el fin de semana alojado en el hospital penitenciario hasta que se resuelva si lo dejan en la cárcel de Ezeiza o lo destinan al penal de Marcos Paz, donde el ex ministro preferiría ser alojado: allí está su amigo y segundo en el Ministerio de Planificación, Roberto Baratta, y también su cuñado, Claudio “Mono” Minnicelli. Aún no está firmado donde será trasladado.
Por estas horas, la preocupación de De Vido, de sus abogados y del propio juez Luis Rodríguez es que se cumpla con la orden para que él mismo se aplique las dosis de insulina que necesita a lo largo del día. Mientras esté en el hospital, se lo darán los médicos, pero hay que ver cómo se implementa cuando esté en una celda porque por cuestiones de seguridad, los guardias del Servicio Penitenciario no están habilitados para que pueda tener esas microagujas, dicen las autoridades.

Sin embargo, la defensa entiende que el juez Rodríguez fue claro cuando ordenó que el propio De Vido tenía que poder disponer de la medicación. Ayer volvió a reiterarlo en un oficio, señalaron las fuentes consultadas por este diario.
Otra de las objeciones que afectan la salud del ex ministro es, precisamente, su remisión al sector hospitalario del penal. “Ahí tiene que estar confinado a una cama y no se puede mover, cuando todos saben que un diabético necesita actividad física”, le dijeron al juez.