El fin de una alianza que explotó en el corazón del poder

Por primera vez la Justicia investigará de lleno cómo los hombres de la Secretaría de Inteligencia manejaron los oscuros fondos reservados de ese organismo.
La caída en desgracia de Jaime Stiuso en diciembre hizo posible lo que hace tan sólo cuatro meses parecía imensable: hurgar, investigar y desenmascarar los manejos de fondos de la ex SIDE y de sus autoridades.

En los tribunales federales, algunos magistrados recuerdan la anécdota de cuando un ex juez -ahora dedicado a la actividad privada como abogado- intentó allanar la sede de la SI en 25 de Mayo 11. Sólo llegó hasta la puerta y debería estar agradecido, recuerdan sus colegas.
Para algunos jueces y fiscales federales es la revancha contra los mismos hombres que los extorsionaron o intentaron extorsionarlos para hacer torcer sus decisiones sobre los funcionarios de este Gobierno. Para otros jueces y fiscales federales es el fin de una era de la que fueron parte, al igual que Néstor y Cristina Kirchner.

La mayoría de las decisiones en los tribunales están cruzadas por la línea divisoria que  marcó el fin de la era Stiuso, a quien la Presidenta acusa de ser el artífice invisible del reciente avance de los expedientes más duros en contra de la mandataria, su familia y sus principales hombres del Gobierno. Un giro de 180 grados que los hombres de Stiuso en la Justicia, operadores y funcionarios que operaban con estos fines, comenzaron a dar hace unos dos años.

Si el ex jefe de los espías y sus hombres desviaron fondos del Estado a través de empresas fantasma o firmas creadas para delinquir; si se enriqeucieron ilícitamente; si se organizaron en una asociación ilícita, fue bajo la mira silenciosa de los gobiernos, presente y pasados.
El fin de la alianza Kirchner-Stiuso es un divorcio que detonó el avance de la Justicia en ambas direcciones, y el resultado es que las sospechas de corrupción no eligen bandos.