El analista internacional, Alejandro Laurnagaray, conversó con Canal E y se refirió a la nueva estrategia de Estados Unidos hacia Venezuela, el rol de China en la región y la vuelta de la lógica imperial en América Latina.
Sobre la raíz histórica de este tipo de intervención estadounidense, Alejandro Laurnagaray sostuvo que hay que remontarse a los orígenes del expansionismo norteamericano: “Nos tenemos que remontar a la primera mitad del siglo XIX, allá cuando estaba la doctrina Monroe de intervención en el hemisferio occidental”.
La intervención de Estados Unidos a lo largo del tiempo
Según desarrolló, desde entonces Estados Unidos “siempre estuvo de alguna manera interviniendo” en los países latinoamericanos, ya sea mediante presión política, injerencia económica o golpes de Estado en el marco de la Guerra Fría. Incluso recordó que Estados Unidos primero apoyó dictaduras que luego dejó caer cuando ya no eran funcionales a sus intereses.
Para Laurnagaray, el caso venezolano es parte de un proceso estructural: “Desde que Venezuela se confirmó que tiene las primeras reservas petroleras del mundo, siempre estuvo bajo la mira de los Estados Unidos”. El análisis se enlaza con el cambio del tablero global: “Esto es una expresión de la nueva estrategia de seguridad nacional de los Estados Unidos que viene a patear el tablero”.
El objetivo estadounidense al golpear a Venezuela
Uno de los puntos centrales fue la presencia china en la región. En este contexto, afirmó que para Estados Unidos, golpear a Venezuela es golpear a un aliado estratégico de China: “Por supuesto, en relación con China y con cualquier actor que tuviera mucha influencia sobre América Latina”.
El entrevistado explicó que Estados Unidos ya considera a China como un par de poder: “Estados Unidos en la nueva estrategia de seguridad ya considera a China como un par”. Y detalló el objetivo estadounidense: “Expulsar a empresas extranjeras y ayudar a que las empresas norteamericanas con inversión gubernamental puedan quedarse con los recursos de América Latina”.
Luego, manifestó que el plan geopolítico es que “Estados Unidos va a dominar América Latina por las buenas o por las malas”. Sobre la misma línea, lo justificó desde la lógica norteamericana de competencia de potencias: “Estados Unidos va a usar a la región para volver a fortalecerse”.