Mientras la economía recalienta la interna política y desconcierta a los sindicatos, las CGTs y el Ministerio de Trabajo pulsean una pelea de poder por el manejo de las cuentas sindicales.
El Gobierno tomó una medida que preocupa a los jefes sindicales y pone el ojo en las finanzas de los gremios. Los sindicatos deberán presentar junto a sus balances financieros los padrones de sus afiliados y junto a cada nombre de cada trabajador, detallar cuántos pesos les ingresan por mes y por afiliado.
La orden fue comunicada por el Ministerio de Trabajo, a cargo de Carlos Tomada, a todos los sindicatos reconocidos oficialmente, y sorprendió a los gremialistas de todos los espacios, incluida a la CGT oficial. Varios gremios se negaron a entregar esa información, a pesar de haber recibido intimaciones del ministerio, que llegaron en los últimos meses confirmaron sindicalistas a PERFIL.
Las finanzas y el manejo de los fondos gremiales estará bajo una lupa más grande: con el balance anual, la lista de trabajadores y el detalle de sus aportes, Trabajo podrá revisar y controlar cada peso que entra y sale de las arcas de los sindicatos mes a mes. El ministerio quiere comparar si lo que los sindicatos declaran en sus balances coincide con lo que ingresa de aportes.
En qué invierten los aportes de los trabajadores; cuánto dinero entra a los gremios por trabajador; si los valores que declaran coinciden con los valores reales; y si realmente pagan lo que dicen que valen las propiedades que adquieren los gremios. Tomada quiere saberlo todo y los gremios creen que la medida es “para hinchar las pelotas”. Resaltan que es “imposible” cumplir con la normativa y que el Gobierno busca presionar a los gremios para contener los reclamos paritarios y ante los reclamos de negociar salarios cada tres meses por la escalada inflacionaria.
Las notificaciones del ministerio comenzaron a llegar el año pasado. En enero, algunos gremios cumplieron y entregaron los padrones y la lista de aportes de cada trabajador mes a mes.
En medio de un año en el que apremiará la negociación salarial, algunos gremios creen que la medida busca “apretar” a los gremios y mostrar que el Gobierno juega con buenas cartas.
Hay otro punto en la mira. Debido a la deuda que el Gobierno acumula con las obras sociales, la mayoría de los sindicatos “prestaron” millones de pesos a sus obras sociales. Otros pusieron a nombre de los gremios las propiedades de la obra social y las dieron en comodato.
Durante los últimos años, cientos de gremios construyeron y compraron hoteles, centros hospitalarios, consultorios y campings. Invirtieron millones de pesos.
Los gremios más grandes sostienen que los aportes de los afiliados que el Gobierno quiere controlar ahora ingresan bancarizados a las cuentas de los sindicatos y que para especificar cuánto entró por trabajador deberían armar un equipo contable especial. “Es imposible lo que nos piden”, dijo a este diario un dirigente alianeado con el Gobiero, pero que está en contra de la medida de Tomada.