El jefe de Gabinete, Aníbal Fernández, salió a marcar la agenda desde temprano por la investigación de Alberto Nisman. Antes de ingresar a la Casa Rosada pidió que la Justicia analice las computadoras del fallecido fiscal, luego de que la querella encabezada por su ex mujer, la jueza Sandra Arroyo Salgado, solicitase que no se hagan estudios para preservar su intimidad.
De esta manera reclamó que se hagan los estudios para conocer si alguien ingresó de forma remota el domingo por la mañana. "Hay que analizarlo", aunque luego aclaró que observan el caso "desde la tribuna".
De esta manera volvió a presionar para realizar medidas que podrían ofrecer alguna respuesta sobre la hora de su muerte, ya que la querella dice que fue la noche del sábado, en tanto que los peritos oficiales hablan del domingo por la tarde.
"Si un sicario fue a matar a una persona a su casa, tenía que saber que tenía una pistola y cómo usarla", dijo Fernández al poner en duda la participación de Diego Lagomarsino, el técnico informático que le entregó a Nisman la pistola Bersa calibre 22 de la que partió la bala que terminó con su vida.
El abogado del colaborador, Maximiliano Rusconi, fue por ese camino al considerar que el fiscal utilizó su notebook el domingo a la mañana para revisar sus mails y leer los principales portales de noticias.
"Está demostrado por el análisis del cadáver que no se ha defendido en ningún momento. Entonces estamos hablando de alguien conocido", recordó Fernández, para volver a señalar a Lagomarsino. La semana pasada ya había señalado que "en cualquier país del mundo" el técnico informático ya estaría preso.