Pese a no contar aún con los elementos necesarios para hacerlo, la fiscal Viviana Fein no descarta la posibilidad de ampliar la acusación contra Diego Lagomarsino, único imputado en la causa que investiga la misteriosa muerte del fiscal Alberto Nisman y responsable de haberle prestado el arma con la que se efectuó el disparo mortal. Alertada de ello, la defensa del técnico informático se apuró a reunir una serie de pruebas –algunas ya ingresaron en los últimos días en la Fiscalía N° 45– con las que busca espantar los fantasmas sobre una supuesta participación de Lagomarsino en el hecho.
Según el relato del ex colaborador del fiscal a cargo de la UFI-AMIA, aquel sábado 17 de enero salió de la torre Le Parc para ir a su casa de Zona Norte a buscar el arma que Nisman le había pedido prestada. Volvió varias horas después y en pocos minutos retornó a su casa.
Las imágenes del peaje de la AU Illia ya habían certificado su versión. Pero su defensa sumó fecha y hora del pago del peaje. Lo hizo a partir de los registros que maneja la empresa concesionaria del servicio. Cada vez que un auto pasa por el lector automático se genera una orden de cobro que a fin de mes se debita de la tarjeta de crédito. Esos datos ya se incorporaron al expediente.
Otra prueba ingresada fue proporcionada por las cámaras que hay instaladas en el edificio donde vive Lagomarsino. Esas imágenes también coinciden con la versión del imputado. Sin embargo, su abogado Maximiliano Rusconi también solicitó a la Policia Metropolitana los videos que registran las cámaras ubicadas en las cercanías de Azucena Villaflor al 400, donde se encuentra la torre Le Parc.
Allí, aseguran, se podría ver a Lagomarsino estacionar su auto y un rato después irse. Consideran que ésa es una evidencia importante luego de las dudas que habían surgido a partir de los confusos registros que maneja la empresa encargada de la seguridad de Le Parc.
El día D. Según la autopsia realizada al cuerpo, Nisman murió alrededor de las 10.30 del domingo 18 de enero. Esa mañana Lagomarsino habría realizado una compra en un supermercado y luego se habría dirigido hacia el barrio privado Buen Retiro, en Villa Rosa, Pilar, para comer un asado en la casa de unos amigos. Días atrás, también quedó incorporado como prueba el ingreso con su documento que tramitó en la garita de seguridad del acceso.
La duda. Fuentes de la fiscalía que lleva adelante la investigación confirmaron a PERFIL que Fein está atenta a una contradicción entre la testimonial de Lagomarsino y lo que contó en la conferencia de prensa que dio no bien se conoció el dato de que la Bersa calibre 22 era suya. El experto en seguridad informática había dicho ante las cámaras que el arma estaba “desarmada” cuando se la entregó a Nisman. Sin embargo, en la declaración ante la fiscal habló de que la pistola estaba “descargada”.
Los peritos no hallaron ADN del imputado en la pistola que le ocasionó la muerte a Nisman y en la fiscalía creen que la sangre pudo haber barrido los rastros.
Fein considera que por ahora no hay elementos para ampliar la imputación de Lagomarsino y por eso posterga llamarlo a prestar declaración indagatoria. Mientras tanto, el contrato que el acusado tenía con la UFI-AMIA fue cesanteado, y él se encuentra por momentos deprimido, con asistencia terapéutica y custodia de Gendarmería.
Una vez que termine de acercar todas las pruebas, su defensa comenzará a trabajar en la estrategia para demostrar que Lagomarsino actuó de buena fe al prestarle su pistola a Nisman, ya que el fiscal tenía al menos un arma registrada a su nombre y se la pidió para usarla en legítima defensa ante un potencial ataque.
