El kirchnerismo le dio luz verde a cada acción y protección irrestricta al exdirector de Operaciones Judiciales, Jaime Stiuso, en la Secretaría de Inteligencia (SI). Pero ahora el jefe de los espías, Oscar Parrilli, está resuelto en ponerlo tras las rejas y presentó la tercera denuncia judicial en su contra por la violación de los deberes de funcionario público y escuchas ilegales.
Pese a las versiones de un acuerdo subterráneo entre el Gobierno y Stiuso, Parrilli y el subsecretario de Inteligencia, Juan Martín Mena, impulsaron una nueva presentación judicial, realizada el viernes pasado ante el Juzgado Nacional en lo Criminal y Correccional Federal 9, que surgió de las investigaciones ordenadas tras el desbancamiento de la cúpula de la exSIDE.
Las escuchas, según consta en la demanda, perpetradas por Stiuso fueron autorizadas “mediante el engaño a las autoridades de la Secretaría y del poder judicial”.
El prófugo exhombre fuerte de Inteligencia, de acuerdo a la agencia Télam, logró autorización judicial para intervenir teléfonos y correos electrónicos de la empresa Dark Star Security, que según su justificación realizaba “tareas de espionaje y contraespionaje en territorio argentino, en beneficio de una potencia extranjera”. Según denuncia Parrilli, luego de tres años de intervenciones telefónicas los informes “no arrojaban ningún resultado sobre la materia de investigación”.
La denuncia señala que “se evidencia que la exdirección de Operaciones, subvirtiendo las prerrogativas contenidas en la Ley Nacional de Inteligencia, llevó adelante tareas propias de su especialidad por razones que no guardan relación alguna con los hechos, amenazas, riesgos y conflictos que afecten la seguridad interior, sino que constituyen un ardid destinado a investigar diversas personas físicas y jurídicas con fines particulares”.
