El viernes terminó en Chile la gira latinoamericana de la presidenta de India, Pratibha Patil,
iniciada el 12 de abril en Brasil y que la llevó también a México. Argentina quedó fuera del
itinerario de viaje.
India es, junto con China, el país de moda para todo nación deseosa de vender commodities o
recibir inversiones y, en parte, por ello hubo críticas locales al gobierno argentino por no haber
invitado a Patil al país.
China, India y África. Ambos países asiáticos son las mentadísimas potencias
económicas del futuro no demasiado lejano. La diferencia entre ambos radica en la dirección hacia
la cual enfocan su crecimiento.
El desarrollo de la India pasa más por la producción de tecnología y la oferta de servicios
que por la manufactura de bajos costos característica de China. Donde sí se entrecruzan sus caminos
es en la adquisición de materias primas, y en ningún lado se entrecruzan tanto como en África, una
gran fuente de commodities por explotar.
La avidez de China por hacerse de materias primas africanas queda demostrado con su nivel de
las inversiones en África: 55.000 millones de dólares en 2007. India ha acusado recibo de la
creciente relación y por eso incrementó desde el año pasado sus esfuerzos para fortalecer los
vínculos con países africanos, grandes proveedores de commodities.
Este mes, poco días antes del inicio de la primera cumbre Indio-Africana, el primer ministro
indio, Manmohan Singh, anunció que su país incrementaría los créditos para África desde los 2.150
millones de dólares del bienio 2003-2004 a 5.400 millones en 2008-09. También prometió aumentar la
asistencia al contiente en 500 millones de dólares en el próximo lustro.
Además, India ha impulsado la creación de distinto proyectos tecnológicos, como la
"Pan-African Network", un red tecnológica que unirá a 53 países para facilitar la realización de
teleconferencias con fines educativos, de salud y gubernamentales.
India y el mundo. Con su actitud hacia África, India demuestra que quiere decir
presente en el mundo más allá de ser solo una súper "potencia emergente" compradora de materias
primas.
Dentro de esta estrategia, los países del Tercer Mundo ofrecen un excelente destino porque
tienen productos que India necesita, como los alimentos que puede ofrecer Argentina, y brindan
posibilidades para invertir. A cambio, India ofrece la posibilidad de vincularse con un país que
quiere hacer del desarrollo tecnológico su sello.
Las grandes empresas indias también buscan ubicarse en el exterior y está claro que no
necesitan empuje alguno del gobierno de Nueva Delhi para hacerlo.
No hace falta mirar fuera de Argentina para encontrar ejemplos: la siderúrgica Mittal, con la
compra de Acindar, y la automotriz Tata Motors (dueño de Jaguar ), a través de un acuerdo con Fiat, ya han
llegado a nuestro país, como también lo ha hecho Irevna, una empresa dedicada a hacer
investigaciones financieras para grandes inversores y que tiene dos sedes en el mundo desde donde
ofrece asesoramiento a sus clientes, una de las cuales está en Olivos.
Señales necesarias, invitaciones sin presentar. Es de creer que una buena señal
estatal aumentaría la predisposición de otras empresas indias para venir al país. Un encuentro de
mandatarios (o mandatarias, como sería en este caso) ofrecería tales señales.
Por eso hubiera sido bueno una visita de Patil a Argentina, más aun porque la ausencia de
Argentina de su itinerario de viaje no estuvo motivado por resquemores hacia nuestro país, según lo
asegura el embajador de la India en Argentina, Rengaraj Vishwanathan, a
Perfil.com y confirmaron desde
The Times of India, uno de los principales diarios de aquel país.
La explicación del embajador es que Patil visitó países cuyos mandatarios habían estado antes
en la India. De hecho, si el gobierno de Cristina Kirchner hubiera invitado a Patil a venir,
Vishwanathan hubiera aconsejado no aceptar la invitación porque primero quiere organizar una visita
de la mandataria argentina al país asiático.
Visto así, el kirchnerismo no tuvo culpa alguna en el hecho de que Patil no haya pasado por
aquí. No por ello debe pasarse por alto un dato clave: la embajada india ni siquiera recibió una
invitación. No hubo intento alguno de Cancillería por convencer a Patil de visitar Argentina.
* Editor de
Perfil.com.