Amado Boudou es formalmente investigado por el delito de negociaciones incompatibles con la función pública, que prevé penas de hasta seis años de prisión e inhabilitación.
Pero mañana a las 11, en el momento que se siente para ser indagado por el caso Ciccone frente al juez Ariel Lijo, todo podría cambiar: el magistrado deberá informarle el delito por el cual se lo investiga. Y la hipótesis de la Justicia, según algunos indicios que ya dio el propio magistrado, es que la carátula de la causa Ciccone podría reencuadrarse en el delito de cohecho o tráfico de influencias. Otras fuentes judiciales aseguran que existen elementos para acusarlo de asociación ilícita.
El reencausamiento de la investigación es, además, una de las piezas fundamentales sobre las cuales se vertebra el futuro político del vicepresidente. La estrategia del juez se dejó entrever en los duros fundamentos del llamado a indagatoria que escribió Lijo.
El delito de cohecho, descripto en el artículo 256 del Código Penal significa, esencialmente, que un funcionario no hace bien su trabajo motivado por una coima o dádiva. Involucra también a actores privados, como empresarios, que ofrecen el “negocio” a un funcionario. En el caso de esta causa, serían Nicolás Ciccone y su yerno Guillermo Reinwick, que manejaban la compañía.
Lijo ya habría dado los indicios de que cambiaría el encuadramiento de la causa a cohecho: “Boudou habría aportado su condición de funcionario público y Núñez Carmona habría realizado, como privado, aquello que Boudou no podía, justamente por su cargo. En razón de que el ministro de Economía no podía adquirir el monopolio de la producción de billetes, y que Núñez Carmona tampoco podía hacerlo debido a su pública relación con él, asignaron ese rol a Alejandro Vandenbroele, quien ya actuaba como representante de la firma The Old Fund”. Fuentes judiciales vinculadas a la investigación confirmaron que lo que escribió Lijo se enmarca con claridad en el delito de cohecho.
Pero la investigación podría incluso tomar caminos más ásperos. Uno de los jueces de la Sala I de la Cámara Federal creyó leer en los fundamentos de Lijo la descripción de otro delito: asociación ilícita. Es mucho más difícil de probar, pero podría terminar en la detención del vicepresidente.
Varios jueces en los tribunales de Comodoro Py coincidieron en esa posibilidad, sobre todo por la contundencia de este párrafo: “Boudou y Núñez Carmona se habrían interesado en el negocio que implicaría adquirir Ciccone (...) Asimismo, la maniobra se habría materializado con división de funciones”. La asociación ilícita está tipificada en el artículo 210 del Código Penal y contempla penas de cinco años de prisión como mínimo para los jefes de la asociación.
La estrategia. Más allá del delito por el cual se lo investigue, la clave de la declaración que tomará mañana el juez a Boudou, en el tercer piso de Comodoro Py, es que abre una serie de indagatorias que terminan el próximo viernes; a partir de ese día se enciende la cuenta regresiva hacia un posible procesamiento del vicepresidente de la Nación. El juez tiene diez días hábiles para tomar una decisión. Lo procesa, lo sobresee (lo salva) o le dicta la falta de mérito (y sigue investigando).
Existen también contradicciones en el entorno del vice. La estrategia de los abogados de Amado es más jurídica que política: van a buscar “embarrar la cancha” lo más posible, abriendo la posibilidad de que el juez tenga que lanzar la mayor cantidad de medidas de prueba que confirmen las afirmaciones que haga Boudou mañana, si efectivamente se sienta en el despacho de Lijo. De hecho, Amado pasó el fin de semana reunido con sus abogados para terminar de definir la estrategia legal.
Pero también existe una dimensión política que no es menor. Es cierto que un eventual procesamiento durante el Mundial (el juez debería tomar una decisión antes del 30 de junio) es más beneficioso para el Gobierno que semanas después, cuando empiece la campaña. Por eso, el vice busca que una eventual mala noticia llegue en el mayor momento de fervor por el Mundial.
En el entorno del vice confirman que mañana tratará de acusar de “mal desempeño” al juez Lijo, disparándole con inconsistencias de la investigación. Además, buscará montar un verdadero show: tratará de meter una cámara en el juzgado (ver Aimé acusará) y hasta tuitear el avance de la indagatoria. Mañana será, sin dudas, una mañana muy movida en la Justicia.