Dos secretarios, entre dos y cuatro custodios, un nutrido grupo de prensa, personal de ceremonial y un armador político: es el equipo que actualmente acompaña al vicepresidente Amado Boudou, cuando su futuro político se vuelve incierto.
Sus dos asistentes son Héctor Eduardo “Cachi” Romano y Gonzalo Etcheverry. Hacen todo lo que les pide el vice: desde arreglar reuniones hasta hacer llamados telefónicos. Con ellos viaja por el interior del país y por el exterior. A veces va con uno, otras con los dos. Estuvieron presentes, por ejemplo, el 25 de marzo del año pasado, en Ecuador, cuando intentaron robar a Boudou y la seguridad del Gobierno de Rafael Correa disuadió a los delincuentes.
Cachi Romano es de Mar del Plata y se conocen de toda la vida. Según publicó La Nación, a Romano le detectaron llamadas telefónicas entrecruzadas con Alejandro Vandenbroele, el dueño de The Old Found, empresa que se quedó con Ciccone Calcográfica. Las llamadas fueron realizadas en 2010, cuando Boudou todavía no era vicepresidente. Por eso fue citado a declarar como testigo en la causa que instruye el juez federal Ariel Lijo. A los dos secretarios los tiene a su lado desde que asumió como ministro de Economía, en 2009.
Su vocero oficial es Sergio Poggi. La dirección de prensa del Senado cuenta con un nutrido grupo de periodistas, fotógrafos y camarógrafos –algunos dicen que son una treintena– reforzado con el personal que trabaja para Senado TV. También forman parte de las comitivas del vicepresidente en los viajes tanto al interior como al exterior.
Amado suele moverse con entre dos y cuatro custodios que le asignan por ser el vicepresidente. Lo siguen en un auto las 24 horas del día.
Su armador político es el secretario administrativo del Senado, Juan Horacio Zabaleta. Oriundo de Morón, “Juanchi” tenía una agenda muy activa cuando Boudou hacía campaña para la vicepresidencia y después, antes de que estallara el escándalo de Ciccone, organizándole reuniones con intendentes y gobernadores para fortalecer un armado político. Se suponía, entonces, que Amado era el candidato natural para suceder a Cristina Kirchner en 2015. Los planes se arruinaron con el estallido judicial.
Pero sigue siendo un interlocutor entre Boudou y otros senadores. Fuentes del Senado lo ven articulando estrategias con el jefe del bloque de Senadores, Miguel Pichetto. Pero tiene diálogo con varios.