En once provincias los argentinos ya fueron a las urnas para decidir a sus gobernantes locales. Y en ellas la cosecha de votos del kirchnerismo fue de un magro 31,88% , algo que desde diversos sectores de la oposición se repite como argumento para minimizar la potencia de la candidatura de Daniel Scioli. Sin embargo, antes de las presidenciales de 2011, el porcentaje de votos que había recibido el Frente para la Victoria en las provincias era todavía menor y ristina Kirchner terminó ganando con el 54%.
¿En qué medida el tercio que logró el kirchnerismo es determinante para la suerte de la fórmula integrada por Daniel Scioli y Carlos Zannini? Varios especialistas suelen coincidir en que esto no significa que la historia volverá a repetirse, sino que las elecciones provinciales sirven sólo parcialmente como parámetro para anticipar los resultados nacionales. Por el contrario, es más un insumo que usan las diferentes fuerzas para llevar agua para su molino. Pero el 41,71% del padrón nacional ya votó y la tentación de hacer paralelismos es inevitable.
Triunfos repartidos. El kirchnerismo puede celebrar que ganó las elecciones de gobernador en Salta, La Rioja, Tierra del Fuego y Chaco (eran primarias). En cambio, la oposición –que no es una sola– celebró en la Capital, Córdoba, Santa Fe, Mendoza y Corrientes (sólo se eligieron legisladores).
En Capital, la victoria fue sólo del PRO; en Córdoba del peronismo disidente; en Santa Fe del Frente Progresista que nuclea a radicales y socialistas; y en Corrientes y Mendoza de alianzas locales lideradas por la UCR, donde confluye toda la oposición. Esos triunfos no son menores, ya que Capital, Córdoba, Santa Fe y Mendoza son los distritos de mayor peso electoral después de la provincia de Buenos Aires.
En dos provincias, por último, ganaron fuerzas provinciales (Río Negro y Neuquén), por lo que es más difícil todavía hacer estimaciones sobre la elección presidencial.
Hace cuatro años fueron más las provincias que adelantaron sus elecciones: catorce, que sumaban el 46% del padrón nacional. En la mitad el kirchnerismo se había alzado con triunfos, pero la cosecha total de votos era del 28%.
En otras palabras, las fuerzas kirchneristas habían sacado menos votos que lo que viene obteniendo este 2015 (con la salvedad de que tanto en Córdoba como Neuquén no habían presentado candidatos propios).
La oposición, además, también había festejado en grandes distritos como Capital, Córdoba y Santa Fe (además de Chubut y Corrientes), dejando un imagen de triunfalismo opositor.
Oficialismos. La otra variable que se suele utilizar para analizar las elecciones provinciales es si se impuso “la continuidad” o “el cambio”. Y para tranquilidad del kirchnerismo y preocupación de la oposición, en este 2015 se concatenaron nueve triunfos de oficialismos y sólo dos cambios de color político (Mendoza y Tierra del Fuego).
Hace cuatro años la situación había sido similar: 12 “continuidades” y sólo dos “cambios”.