El kirchnerismo se sacude ante la derrota y, en reserva, ya da por perdida la batalla de octubre. Los analistas de la Casa Rosada reconocen que la brecha a favor de Sergio Massa en la provincia de Buenos Aires va a ser más amplia que en las primarias. La caída implica el acta de defunción de la reforma constitucional y, con ella, la imposibilidad para Cristina Kirchner de acceder a un tercer mandato. Incluso, como reconocen en la Casa Rosada, se debilita la alternativa de bendecir a un “delfín” que la suceda en 2015.
“En este escenario, ella prefiere entregarle la granada al sucesor y quedarse con la espoleta para que explote. Eso le permitirá regresar triunfal en cuatro años”, graficó un funcionario en diálogo con PERFIL. La granada es la economía, que hace rato se le escapó de las manos al Gobierno.
En este escenario sombrío para el kirchnerismo, la estrategia política es la misma que utilizó Carlos Menem cuando, ante la imposibilidad de seguir en el poder, le arruinó la carrera a Eduardo Duhalde y apostó por Fernando de la Rúa.
La obsesión de la Presidenta, según reconocen, sigue siendo destruir al Grupo Clarín. Bajo la lógica de si yo me hundo, ustedes se hunden conmigo, CFK tiene bajo su manga dos ases: el primero, la intervención del multimedios, posible a partir de la reforma del mercado de capitales. El segundo, la expropiación de Papel Prensa, dedicada a la fabricación de papel para diarios, donde Clarín y La Nación son propietarios. Para cumplir ese objetivo, a principios de año diputados ultrakirchneristas ingresaron un proyecto en el Congreso, que quedó en stand by, a la espera del fallo de la Corte sobre la Ley de Medios.
Mientras la jefa de Estado se enfrasca en esa batalla, la maquinaria electoral no está aceitada. Aún hay un fuerte pase de facturas. Los intendentes apuntan a La Cámpora, porque se metió en los distritos a hacer campaña y perjudicó la imagen del Gobierno. “Se mueven con una soberbia que no se condice con los resultados”, explicó otro funcionario en diálogo con este diario. También hay algunos insultos hacia los intendentes y dirigentes K que se quedaron de brazos cruzados. El caso que ponen como ejemplo es el de Morón. “(Martín) Sabbatella está acostumbrado a ganar y no movió un pelo, y perdimos”, analizó el funcionario.
Otro dato que surge de los resultados de las primarias es que hay distritos donde reina el kirchnerismo en los que ganó el oficialismo, pero en los que al mismo tiempo perdió un caudal electoral muy importante en comparación con la elección de 2011. El ejemplo que dan es La Matanza, donde la diferencia con el Frente Renovador fue de once puntos. Dijo un diputado K: faltan más de dos meses para la elección general, pero si Cristina Kirchner sigue hablando de la Antártida, más votos va a tener Massa.
Algunos creen que recién a partir de la semana que viene la Presidenta va a ajustar las clavijas, pondrá a los intendentes “en caja” y dará el impulso para tratar de que la derrota, ya prácticamente inevitable, al menos no sea tan dura.