“‘¿Usted le crió un hijo extramatrimonial a Kirchner?’. Después de un breve silencio, me contestó y autorizó a citarlo textualmente: ‘Le juro por mis tres hijas y por mi nieta que eso que dicen es falso’”. Ese fragmento pertenece al reciente libro El Rekaudador, de Omar Lavieri, una investigación que analiza cómo operaba el ex secretario de Transporte, Ricardo Jaime.
Esa fue la única y llamativa declaración que el ex funcionario permitió que el periodista publicara después de varios llamados, encuentros y desencuentros.
Pero la historia entre Jaime y Lavieri se remonta a algún tiempo atrás. Y es que en abril de 2010 Jaime llegó a hacer una conferencia de prensa para señalar que desde Clarín el periodista había querido "comprar" a su yerno a cambio de información.
- ¿Desde tu trabajo de periodista, por qué te enfocaste en un personaje como Ricardo Jaime?
- Yo sigo casos judiciales desde hace 20 años. Esto empezó en 2008 como un caso judicial más, de las tantas denuncias por enriquecimiento ilícito que hay en Tribunales. Empecé a seguir el caso casi protocolarmente. Primero un fiscal lo imputa, se piden a todos los registros de propiedad del país datos, si tiene autos. Hasta ahí era una formalidad. En el 2009 yo soy el que cuenta que Jaime usaba un avión de 4 millones de dólares como si fuera propio. Como tuvo gran repercusión me di cuenta de que había tenido una gran primicia. Seguí laburando el caso jucicial y una vez leyendo papeles del expediente descubrí que la empresa de Néstor Otero que tiene la concesión de la Terminal de ómnibus de Retiro pagaba el alquiler del departamento donde vivía Jaime.
La investigación
La historia del famoso avión fue el comienzo de una investigación que luego derivó en otro caso resonante vinculado con el ex funcionario: la historia de los mails de su asesor Manuel Vázquez, a quien la Justicia ya señala como "testaferro" de Jaime.
"En noviembre de 2010 fui el que dio la primicia de los mails del testaferro. Ahí empezó a terminar de escribirse el libro. Me parece un lindo libro porque muestra un sistema de recaudación en un área oscura de la administración kirchnerista que es el transporte. El ferrocarril, por ejemplo, está en mano de tres empresas. Los subsidios, durante mucho tiempo, eran contra declaración jurada de las empresas. O sea, si una empresa decía 'yo transporté mil pasajeros', el funcionario decía 'sí, gracias'. Y todo el mundo sabía que no eran mil, sino que podían ser menos y la diferencia entre la realidad y lo que pagaba el estado se dividía entre la gente que controlaba y la gente que pagaba los subsidios", cuenta Lavieri..
- ¿Cómo operaba esa "maquinaria" de corrupción que denuncia en el libro?
- El principal asesor y testaferro, porque así lo llama la Justicia, Manuel Vázquez, tenía una consultora que le facturaba mensualmente a todas las empresas de transporte por asesoramiento. La consultora era practicamente un papelito, porque tenía solamente tres empleados. En el libro yo cuento toda la facturación de la empresa entre 2003 y 2009, que fueron casi 9 millones de pesos, todos facturados a empresas del transporte. Además en las computadoras se detectaron facturas que no pasaron siquiera por la AFIP, por millones de dólares y millones de euros que el hombre mandaba directamente a una cuenta afuera del país. ¿Cómo era esto? Las empresas sabían que tenían que poner una mensualidad en lo del socio de Jaime para seguir con los negocios y que no hubiera problemas. Eso lo cuento en el libro, que creo que tiene una virtud: dice que los empresarios ponían esa plata. Porque para que haya corrupción tiene que haber empresas dispuestas a corromper funcionarios.
Los comienzos y los sponsors
- ¿Cómo era la relación de Jaime con Néstor Kirchner?
- Me cuentan que era uno de los amigos privilegiados que tenía el ex presidente. Se hicieron muy amigos en largos viajes que hacían por el sur. De Río Gallegos iban a visitar Caleta Olivia. Lo hacían con mucha frecuencia, a comienzos de los 90. En ese momento Kirchner lo nombra Ministro Secretario General de la gobernación, así es el cargo allá, y después lo hace ministro de Educación, lo hace presidente del Consejo de Educación, que sería el equivalente. Digamos que era un hombre de mucha confianza. Tenían una relación estrecha, de compinches, de noche y de amistades varias. Después se distancian, cuando Jaime se va para Córdoba.
- ¿Cómo fue esa etapa de Córdoba y su paso a Buenos Aires?
- Ahí es un tipo que vive austeramente, como número 2 del Pato Maqueda, hoy juez de la Corte, que por entonces era ministro de (José Manuel) De la Sota. Él llega a Buenos Aires en el 2003, sin nada. No tenía ni dónde vivir. Entonces le pide a (Gerónimo) Momo Venegas una casa, un lugar para vivir. Termina en una habitación del hotel de la UATRE, que le cuesta 30 pesos por noche. Pero a los 37 días de haber llegado, 888 horas, empieza a vivir en un departamento que le paga un concesionario del área de Transportes al que él debía controlar: el de la terminal de ómnibus de Retiro.
- Si tuvieras que definir el estilo de Jaime, ¿cómo lo harías?
- Mis fuentes me dicen que era un tipo extremadamente prepotente, que un día dijo “comprenme un avión” y ahí salió Vázquez a buscar plata. El avión valía 4 milones de dólares, hubo que poner el 15 por ciento de adelanto y después empezar a pagar cuotas de 300 mil dólares. Entonces él salió a buscar las primeras. Y le pedía la plata a las empresas del transporte. Me lo dijeron desde las mismas empresas de transporte. Les pedía la plata, directamente. Quiso tener un avión, lo pidió, se lo pagaron. Quiso tener autos, se los pagaban. Quería tener un yate y está bajo investigación si se lo compraron. Quiso tener una casa en un barrio cerrado en San Isidro y se la compraron. Todo lo que quiso, los empresarios con los que negociaba lo aportaban a la causa Jaime. Eso es lo que me parece que lo termina por hacer tropezar. Porque hasta el avión, no había hecho nada que no hubiera hecho ningún funcionario conocido de este gobierno y de los anteriores. Esto es, negociar con los empresarios del sector. Pero el avión fue mucho.
- ¿Fue torpeza? ¿Fue exceso de su parte?
- Yo creo que creían que no les iba a pasar nada. Jaime siempre decía “Néstor me banca, Néstor no va a dejar que me pase nada”. Una de las cartas que todo el mundo decía que tenía era lo del supuesto hijo extramatrimonial que a mí me dijo que es falso.
Ricardo Jaime, ahora
- ¿Cuál es la actualidad de Jaime? ¿Tenés idea a qué se dedica?
- No, me contaron que viaja en un auto nuevo, color negro, con vidrios polarizados, incluso adelante. Él sigue usando la gorra negra que usaba para pasear por las calles de Buenos Aires sin ser reconocido, no sé de qué trabaja. En algún momento el año pasado dijo en Tribunales que hacía tareas de consultoría.
- ¿Por qué creés que quedó marcado como una de las caras de la corrupción?
- Alguien que sabe mucho de corrupción, como Luis Barrionuevo, lo bautizó “la María Julia del kirchnerismo”. Y a partir de eso se puede hacer un parangón con “la cara”. No quiere decir que sea el único. Así como María Julia no fue la única del menemismo, éste tampoco lo es con el kirchnerismo. Ojo, hay otros que tienen la misma cantidad de causas pero que tienen mejor suerte y tal vez zafen de casi todo. Si querés, su caso es el más alevoso o el más probado. Y el tipo tiene dos procesamientos firmes por corrupción, un llamado a indagatoria por corrupción también y otras veinte causas dando vueltas.
- ¿Creés que avanzarán las causas en su contra?
- En las causas por enriquecimiento ilícito ya citaron a declarar a los supuestos testaferros, los que sirvieron de prestanombres y que aparecieron en las operaciones para que no saliera Jaime. Hay una por enriquecimiento ilícito que podría estar más acelerada pero no es nada despreciable. De 2008 a 2011 no es menor que ya tenga pedido de indagatoria. Pensemos que Menem estuvo 16 años en proceso y fue absuelto. Que un funcionario, ex funcionario y amigo de Kirchner, “pingüino” por adopción mientras el kirchnerismo está en el poder esté siendo investigado como se ha investigado a este hombre, para mí, no es nada despreciable.