A dos años del hundimiento del ARA San Juan y el fallecimiento de los 44 tripulantes de la Armada, Argentina sigue sin perspectivas de recuperar su capacidad de acción submarina y la administración Cambiemos cierra su gobierno con mejoras limitadas y fuertes demoras en los planes de modernización, afectados por la crisis y los recortes.
En su último discurso de camaradería frente a las Fuerzas Armadas, el presidente Mauricio Macri señaló que su administración comenzó “un proceso de modernización de las capacidades que debe ser sostenible para revertir años de desinversión y abandono”. Destacó “los aviones Texan, nuevos elementos de transporte para el Ejército, aviones y buques para la Armada”.
El detalle muestra que hubo avances limitados con fuertes condicionantes por la falta de presupuesto. En el caso de la Armada, después de perder el San Juan en las aguas del Atlántico Sur, aún no hay previsión de que el buque hermano ARA Santa Cruz pueda completar su reacondicionamiento mientras que el ARA Salta tiene la mayoría de sus sistemas vencidos.
Mientras, se informó un acuerdo para adquirir y reacondicionar cuatro submarinos IKL 209/1400 de origen alemán. El acuerdo coincidió con la buena sintonía entre Macri y el presidente Jair Bolsonaro, por lo que surgen algunas dudas sobre la posibilidad de avance a partir del fuerte enfrentamiento que tiene el presidente electo, Alberto Fernández, con el mandatario brasileño.
Mejores perspectivas tienen los dos acuerdos con Francia, luego de la charla de una hora que tuvo el líder francés Emmanuel Macron con Fernández y el viaje que realizará a fin de mes. Por un lado, ya están en el país los cinco Super Etendard Modernisé que adquirió la Argentina por 12 millones de euros. Pero solo está en funcionamiento el simulador que llegó junto a las aeronaves, mientras se avanza en la preparación de los aviones con ciertos retrasos.
Además, la Armada espera la llegada de una patrulla oceánica (OPV, Ocean Patrol Vessel) clase Gowind del astillero francés Naval Group, parte de una operación por tres naves que se completaría en 2023 en 280 millones de euros. El objetivo era que el primero, que es una unidad reacondicionada, llegara antes de las elecciones, pero los tiempos se estiraron y aún no hay una fecha anunciada. Con toda seguridad, será un tema de conversación entre Macron y Fernández.
Muchos menos avances hay en la búsqueda de patrulleros aéreos marítimos para reemplazar a los P3 Orion, algo que quedó en evidencia cuando la Argentina requirió la ayuda de otros países en la búsqueda del ARA San Juan porque las unidades de la Armada no estaban en condiciones.
En el caso de la Fuerza Aérea, en 2015 retiró los últimos Mirage y perdió así el único sistema que supera la velocidad del sonido; este año los Pucará también cumplieron su vida útil. Durante la era Cambiemos se concretó la adquisición de 12 aviones de entrenamiento Beechcraft T-C6 Texan II por 160 millones de dólares provenientes de Estados Unidos. También se incorporaron cuatro Pampa III, de entrenamiento y ataque ligero, producidos en Fadea, un hito destacado por la administración Cambiemos.
De momento, hay solo trascendidos sobre una posible compra de aviones de ataque FA-50 a Corea del Sur. La recuperación de la capacidad de ataque e intercepción avanzados, más allá de las mejoras que aportan las unidades de entrenamiento o ataque ligero, sigue pendiente.
Campaña antártica
El rompehielos ARA “Almirante Irízar” zarpó el jueves del Apostadero Naval Buenos Aires con destino al continente blanco como inicio de la Campaña Antártica de Verano 2019/2020. El acto estuvo presidido por el jefe del Estado Mayor Conjunto, el teniente general Bari del Valle Sosa, escoltado por por la secretaria de Gestión Presupuestaria y Control del Ministerio de Defensa, Graciela Villata, el jefe del Estado Mayor, el general de la Armada, Almirante José Luis Villán y el comandante conjunto antártico, el general de Brigada Justo Francisco Treviranus. Fue este último quien celebró el arranque de la operación “Acorazados por el acero de este magnífico buque.”