El juez Norberto Oyarbide atraviesa su mayor tormenta política en 13 años, tras revelar que lo llamaron desde la Casa Rosada para frenar un allanamiento. El abogado Gregorio Dalbón representa a las víctimas de la tragedia de Once, cuyo juicio oral acaba de empezar. Nada de eso impidió que se rieran, bebieran y cantaran juntos en el exclusivo restaurante Estilo Campo de Puerto Madero. Todo transcurrió el miércoles pasado. Al mediodía, planearon un festejo. Insistían en que tenían algo que conmemorar. Por la noche, lo concretaron. PERFIL fue testigo de las increíbles escenas y diálogos de esta celebración.
Mediodía. Todo comienza con un almuerzo compartido en el restaurante.
— Esta noche, a las 20, vamos a ser 8... Yo garpo —le dice Oyarbide a Dalbón. El juez llama por teléfono. Está encargando ramos de flores. "Prepárenme unos bien coloridos, que no sean blanco y negro, en el lugar más caro de Buenos Aires, es fácil", ordena. Luego habla con uno de los custodios que lo acompañan: "Comisario, a las 19 van a llegar unas flores para unas abogadas del estudio, tráigalas".
Oyarbide abraza a los mozos, los acaricia. En el trayecto, lo paran en las mesas, pregunta por los familiares de los comensales, es el rey del lugar. Gregorio Dalbón se especializa en accidentes de tránsito. Hoy está en los primeros planos porque es querellante en la causa de la mayor catástrofe ferroviaria del país, que fue un punto de inflexión en la gestión kirchnerista y tiene dos secretarios de Estado sentados en el banquillo, Ricardo Jaime y Juan Pablo Schiavi.
"¡Cuánto me enseñaste, cómo me seguís enseñando! Cada 11 de septiembre yo te tengo que saludar, maestro”, le dedica Dalbón. Oyarbide se ríe, no atina a contestar. Y toma champán.
O: Me alegro tanto de volver a verte, no sabés cuánto...
D: Yo también... ellos piensan que estamos vencidos, pero cuanto más piensan que estamos vencidos, menos se imaginan que nos queda aún una cuchillada por la espalda...
Noche. A las 8 de la noche, se reencuentran. Oyarbide, sentado en la misma mesa, pero ahora acompañado de su novio, Claudio, tomaba champán y café. En una contigua, ocho miembros del estudio Dalbón, Cassola y Asociados. Seis de ellos, mujeres. Reciben los ramos prometidos. “A mí no se me hubiera ocurrido, fíjense qué detalle sin precedentes”, resaltaría el querellante en la causa Once en una de sus escapadas a la mesa del juez.
El clima era alegre y cortés. Se gritaban de mesa a mesa, y hubo varios conatos de brindis y bromas. Pasó el ex presidente de Boca, Jorge Amor Ameal, y estrechó copas con el juez, su novio y Dalbón. Las jóvenes principiantes del estudio miraban, tímidas. “Comen lo que un pajarito”, acotaba Oyarbide desde su mesa. “Es que están nerviosas. Están conociendo gente importante, más allá de lo que digan los diarios”. Oyarbide iba y venía, suelto, jocoso.
“¿Qué están festejando?”, preguntó PERFIL a Dalbón. Eran cerca de las 22, Oyarbide se negó a hablar con este diario y dejó el lugar. “Vengan a la mesa”, animó, y comenzó a hablar sobre la causa del accidente ferroviario y a enredarse sobre los motivos de la cena y sus lazos con el juez.
"Estamos festejando que la causa llegó a juicio oral”, dijo primero. "Estamos festejando el pedido de nulidad", después. "Estamos festejando los 25 años del equipo", soltó más adelante. Y sobre Oyarbide: “Lo acabo de conocer", dijo primero. “Me lo he encontrado varias veces en almuerzos y lo conozco de hola y chau", señaló luego. Cuando se le marcó que ambos tenían la misma flor en el ojal –un boutonniere que, según dijo, los padrinos usan en las bodas– admitió que ese mediodía lo había invitado a sumarse esa noche, pero no ahondó más. "Fermé la bouche", agregó. "Esperemos los resultados", añadió en referencia a la causa Once y a su pelea contra el juez Claudio Bonadio, que instruyó la causa.
— ¿Usted y Oyarbide tienen un objetivo común, que el Consejo de la Magistratura lleve a Bonadio a juicio político? Así el proceso contra Oyarbide se dilata.
— ¡No! Cada uno trabaja para gente distinta. Bonadio con Massa y Oyarbide, para Cristina.
—¿Arreglaron ir contra él?
—(Silencio...) Oyarbide no tiene nada que perder, no tiene ascendencia ni descendencia. Fuma abajo del agua.
Bonadio es otro juez polémico y denunciado por supuestas irregularidades. Pero, claro, del bando contrario al de Oyarbide. Hoy está enfrentado a CFK. Dalbón revela: “Les van a hacer creer que me compró el Gobierno pero mi único interés es el de mis clientes. No vamos a acordar con TBA si primero no acordamos con el Estado, tienen que pagar los dos. De Vido tendría que estar sentado en el banquillo”. ¿Oyarbide lo habrá aconsejado sobre cómo encauzar esa demanda? ¿O la “cuchillada” es para otro?
Cerca de las 23 terminó el diálogo. Dalbón aseguró que había pagado la comida de su equipo y las flores que hacía minutos le había agradecido a Oyarbide. Intentó comprobarlo mostrando dos fajos de 10 mil pesos cada uno que llevaba en el saco. Incluso, se obstinó en pagar la cena de los periodistas de PERFIL. Cuando estos cronistas intentaron negarse, les contestó: "Sorry, this is America".