POLITICA
las dudas de la querella

“El magnicidio es una hipótesis”

Así lo sostienen los letrados contratados por Sandra Arroyo Salgado para representar a sus hijas en la causa por la muerte de Alberto Nisman.

Representantes. Romero Victorica y Federico Casal apuntaron contra Berni y se preguntan para quién trabajaba Lagomarsino.
| Juan Obregon

Los abogados Manuel Romero Victorica y Federico Casal, contratados por Sandra Arroyo Salgado para representar a sus hijas en la causa por la muerte de Alberto Nisman, ratifican su disconformidad con la marcha de la investigación que lleva adelante la fiscal Viviana Fein.

—¿Por qué insisten en apartar a Fein de la causa?

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ROMERO VICTORICA: No queremos apartar a Fein, sino que la causa la lleve adelante la jueza de instrucción Fabiana Palmaghini porque consideramos que lo está haciendo de manera ineficaz. Hay mucha prueba que no se hizo y se debería haber hecho. Y entendemos que tiene, desde el principio de la investigación, un criterio subjetivo basado en la hipótesis de suicidio casi con exclusividad. La Cámara dijo que, si Palmaghini quiere, puede reasumir la investigación.

CASAL: La Cámara en ningún momento convalidó lo hecho por Fein. Muy por el contrario: el propio Ministerio Público Fiscal reconoce que las cosas están mal hechas.

—Arroyo Salgado dijo que la muerte de Nisman fue un magnicidio.

C: Es una hipótesis, hay que acreditarla. Pero no es una muerte más, de las que se investigan a diario en la Justicia. De confirmarse que fue un homicidio, tiene una trascendencia institucional importantísima. Sin ninguna duda, sería un magnicidio.

RV: Tampoco podemos dejar de tener en cuenta las circunstancias de la muerte. Apareció muerto en su departamento, con un tiro en la cabeza y en plena labor. Había convocado a su mano derecha, la secretaria Soledad Castro, para que lo ayudara el domingo a las 13. Pensaba intensificar la labor de lo que tenía que hacer el lunes. Muere con motivo de ocasión de su trabajo. Con la hipótesis del suicidio pareciera ser que, de repente, cuando estaba trabajando, se levantó y se pegó un tiro. No nos cierra. Nos llama la atención la ausencia de pólvora en las manos y la posición del disparo.

—Si no se encuentran pruebas de la presencia de un tercero en el departamento, ¿se cae la tesis de homicidio?

C: Tenemos tres huellas dactilares en el departamento y no se envío un alerta para cotejarlas.

RV: Encontraron esas tres  huellas y dos de Nisman. Después, no se encontraron más. Da la sensación de que las limpiaron. Al departamento iba la madre, la persona de servicio, amigos. ¿No hay huellas de Lagomarsino tampoco? Desaparecieron. Si alguien lo mató, lo hizo un profesional, un sicario, que se aseguró de que la escena del crimen quedara como un suicidio.

C: Nisman estaba muy vigilado por la custodia de la Policía Federal y Prefectura. ¿Cómo pudo pasar tanto tiempo hasta que entraron al departamento?

VR: Eso tampoco cierra. Las tareas que tenían que haber desarrollado los custodios de Nisman rayan con lo elemental. Muy mal hecho. Si la persona que estás cuidando te dice que la tenés que contactar a las 11 de la mañana y vos lográs abrir la puerta a las 22.40, casi 12 horas después, te llama la atención. Tenían la obligación de romper la puerta, por qué no daba ninguna señal. Estaba amenazado y, además, había denunciado a la Presidenta. ¿Qué hicieron? Fueron a buscar a la mamá. Cuando no pudo contactarse, la secretaria se comunicó con Arroyo Salgado, que gritaba: “Tiren la puerta abajo”. “Hagan algo”. Y la custodia, nada.

—¿Qué opinan del papel del secretario de Seguridad, Sergio Berni?
C: Cuando llegó Fein, Berni le insistía que fuera a ver si la persona que estaba en el baño realmente estaba muerta, cuando sabía que estaba muerta. Es otro que nos miente en la cara. Ya sabía que estaba muerto. Le avisó Prefectura.

—¿Y Lagomarsino?
RV: Su situación es rara. Declara que Nisman le pide un arma para defender a sus hijas, que no estaban en el país. Si yo fuera la fiscal, a Lagomarsino lo detengo y lo incomunico.

C: Su función era la seguridad informática. Qué bien que hizo su trabajo, ¿todo lo que sale en los peritajes se le pasó por alto?, ¿o cumplía otra función? Es el único que tenía clave de la cuenta de Nisman, y Arroyo Salgado desconocía su existencia.