El Ministerio de Obras Públicas de la Nación, a cargo de Gabriel Katopodis, comenzará a usar el lenguaje inclusivo de forma oficial. De esta manera, se reaviva el debate que nació después de que, hace un poco más de un mes, el Ministerio de Educación porteño prohibiera su uso dentro de las aulas por parte de los docentes.
La decisión fue publicada este jueves 28 de julio en la Resolución 244/2022 dentro del Boletín Oficial. Así, el primer artículo de esta nueva medida resuelve promover, dentro del Ministerio, “el uso del lenguaje y la comunicación no sexista e inclusiva como formas expresivas válidas en las producciones, documentos, registros y actos administrativos de todos los ámbitos”.
El objetivo de esta norma se basa en “desalentar el uso genérico del masculino” y establece “la adecuación de los modelos de notas, planillas, formularios y otra documentación interna y/o externa a efectos de que su redacción resulte acorde al lenguaje inclusivo de género”.
Asimismo, desde la cartera dirigida por Katopodis, en el artículo 3 de la publicación, se invita a adherir al uso del lenguaje inclusivo a todos los organismos descentralizados, empresas y entes que se encuentren bajo su órbita.
Otras entidades que ya habían adoptado medidas similares con anterioridad fueron el Banco Central de la República Argentina, el Ministerio de Transporte y la Secretaría de Comercio Interior del Ministerio de Desarrollo Productivo. Dichos organismos habían publicado “guías” sobre buenas prácticas de comunicación que contemplaban al polémico lenguaje inclusivo.
Sin embargo, el único ministerio que se adelantó al de Katopodis en cuanto a aplicar dicho lenguaje en comunicación fue la cartera nacional de Salud, entidad que dictó la Resolución 952, la cual “promueve el uso del lenguaje y la comunicación no sexista e inclusiva como formas expresivas válidas en las producciones, documentos, registros y actos administrativos”.
“El lenguaje androcéntrico invisibiliza a las mujeres y diversidades, por lo que es causa de discriminación hacia estos grupos y de vulneración de los derechos protegidos por la legislación internacional y nacional que rige en la materia”, se argumentó dentro de la norma.
A su vez, han señalado que el lenguaje está en continua transformación y que “promover el uso del lenguaje inclusivo supone un proceso de aprendizaje y, sobre todo, de des-aprendizaje para dejar atrás paradigmas que guiaron nuestras formas de nombrar e interpretar el mundo y avanzar en otros”.
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