Es una voz cada vez más escuchada por Mauricio Macri y Marcos Peña, a tal punto que le encargaron la tarea de compaginar y resumir la identidad del Gobierno. Rechaza el mote de “gurú”, en parte para no despertar recelos en el algo balcanizado equipo económico del oficialismo. Se trata del economista Eduardo Levy Yeyati, ex presidente del consejo directivo del think tank Cippec, de origen radical, director de la consultora Elypsis y responsable de pulir el relato PRO.
—El Gobierno era más optimista sobre cuál sería la situación económica actual. ¿Qué pasó?
—No sé bien qué creía íntimamente. Alentó las inversiones, pero se generó más entusiasmo que inversiones.
—¿Por qué no llegaron las inversiones?
—En parte se debe a que el inversor extranjero quiere ver para pagar, y no pagar para ver. Quiere salir de la situación macro delicada, que se crezca, baje la inflación y se revierta el desequilibrio fiscal. Eso recién va a empezar a verse a fin de año.
—¿El macrismo va a convertirse en un kirchnerismo prolijo?
—Eso es un reduccionismo. Vistos desde la estratósfera pueden ser parecidos, pero no lo son. Este año se cerrará con un balance más equilibrado y políticas superiores.
—¿Usted es el encargado de armar el relato del PRO?
—Me pidieron que ayudara a compaginar un plan de gobierno: fue un ejercicio colectivo basado en los planes estratégicos de los ministerios. Eso fue hecho en un draft de casi cien páginas, entregado hace un mes. Ahora está siendo revisado.
—¿Cuál es el objetivo?
—Montar una narrativa que te permita ver que las medidas no son aisladas ni intentos ansiosos de ganar titulares. La tarea es ver la unidad y determinar qué queremos alcanzar en cuatro años.
—¿Cuál es la identidad del Gobierno?
—Ni noventista ni kirchnerista light. No somos el estereotipo de la apertura sin salvaguardas, pero tampoco el ombliguismo de vivir con lo nuestro. Eso te estanca. El desafío es balancear las dos.
—¿En qué se diferencia y qué toma de los 90 esta administración?
—No ha privatizado nada de lo heredado, que era uno de los prejuicios. No se ha reducido el sistema de protección social ni la jubilación. Al contrario. Pero también quiere integrarse al mundo, evitar que las empresas tengan mucho mercado interno y poca competitividad.
—¿Y cuál es el costado estatista del PRO?
—Toma el concepto de protección inteligente, con políticas transversales de apoyo al empleo, capacitación profesional y protección. Medidas que escapan de los 90.
—¿La situación macro del país no termina por diluirlas?
—Si no se hubieran tomado, habría sido más grave. La inflación pegó mucho en la clase media baja, a la que no van destinados programas ni planes. Al sector de changas y monotributistas es difícil llegar. Hay que ver la pintura completa, con sus luces y sombras.
—¿No hay un trazo grueso de favorecer a los sectores más poderosos?
—Hubo transferencias hacia sectores empresarios, pero hay otras medidas contrarias. No está clara la transferencia de A hacia B: es todo más caótico, mezclado y con matices.
—¿Macri sabe de economía?
—No sé si sabe. Las veces que lo vi me pareció atento a los detalles. Pero no necesariamente tiene que saber de economía u otra especialidad. Tiene que entender lo que le traen y coordinar el trabajo, como un director técnico.
Tarifas: “Prefería el gradualismo”
En su rol de asesor de la primera plana PRO, la mayor enseñanza que obtuvo en estos meses fue la necesidad de ser paciente: “Argentina nunca está en reposo. Y las ventanas para aplicar políticas públicas a largo plazo son limitadas. Se cumplen en uno de diez o de cincuenta casos. Hay que bajar la ansiedad”, afirma Levy Yeyati, ex funcionario del Banco Central con la Alianza. Cree que el Gobierno equivocó el rumbo con el tarifazo. “Veníamos de una situación fiscal comprometida. El dilema era avanzar rápido y evitar la decisión costosa para el año electoral de 2017, y así tratar de recuperar rápido la economía, o ir por un camino más lento para no tropezar con piedras. Prefería el gradualismo, pero lo importante ahora es recalcular rápido”, opina.