105 mil millones de pesos por año. Dinero que, en mayor proporción, sale del vicio y la ilusión de los más humildes para terminar en bolsillos de empresarios. En el medio, negociaciones y conveniencias varias de operadores de todos los colores políticos. Peronistas, radicales y socialistas ponen sus fichas para ganar el gran juego paralelo de la política argentina: el negocio de los juegos de azar. Esa es la historia que documentaron los periodistas Ramón Indart, de Perfil.com, y Federico Poore, del Buenos Aires Herald, en El Poder del Juego, el libro que revela "por qué siempre gana la banca".
Entrevistados por este portal, los autores ofrecieron una radiografía del funcionamiento de un negocio inmejorable para los empresarios, aunque muy malo para el Estado. "Las concesiones a los bingos se dan por 15 años a cambio de una suma fija que, por lo general, los gobernadores piden en momentos de crisis", explicó Poore. "Ejemplos hay de sobra, lo hizo Felipe Solá por primera vez en 2006 y lo volvió a hacer Daniel Scioli en 2012, cuando no podía pagar aguinaldos", contó.
- Perfil.com: Ustedes revelaron que el juego recauda 105 mil millones de pesos al año, el doble de lo que se creía. ¿Por qué el Estado no se queda con esa caja?
- Ramón Indart: La respuesta oficial es porque no tiene la infraestructura como para hacerse cargo. Pero la política participa del negocio de forma indirecta. Hay una connivencia clara que se da desde el órgano básico, el Concejo Deliberante, pasando por los congresos provinciales y después por Nación. Cuando un gobernador le da por decreto una concesión, por ejemplo (Néstor) Kirchner a Cristóbal López, se da de manera personal, con un acuerdo. Eso después genera beneficios. La política no necesita hacerse cargo del juego porque le significaría perder una caja que le puede servir en determinados momentos.
- ¿Cuáles son los partidos políticos que están involucrados?
- Es indistinto hablar de peronistas, radicales, socialistas o el Pro porque todos tienen algún tipo de contacto con empresarios o bingueros. Por ejemplo, Cristóbal López con el kirchnerismo o con (Hermes) Binner en Santa Fe, (el presidente de Boca, Daniel) Angelici con el Pro. Inclusive, el mismo Cristóbal arrancó en Chubut con los radicales. Su primer bingo estaba con Mestre.
- Y, en ese esquema, de políticos y empresarios, ¿quiénes son los dueños de la pelota?
- Federico Poore: Investigando nos dimos cuenta que los empresarios van con ofertas a los políticos, y no al revés. Siempre el Estado está corriendo detrás de esta promesa de "vamos a generar puestos de trabajo" o abrir localidades, o volverlas turísticas. También, está implícito que cuando necesiten la caja, los políticos la van a tener. Pero los verdaderos beneficiados en este esquema son los empresarios. Sin embargo, las dos partes obtienen beneficios.
- ¿Por qué cuando hablamos del juego en Argentina tenemos que hablar de Cristóbal López?
- Ramón Indart: Se dice que Cristóbal López es el dueño del juego por el volumen de negocios que maneja. Además de que se expandió con el kirchnerismo, él maneja el mayor porcentaje del juego a nivel nacional. Está metido, por un lado, en las salas, los casinos, el bingo. Pero, por otro lado, en la captura de apuestas. Negocio que maneja con Boldt, pero parecen haberse dividido el país: Boldt está en Provincia de Buenos Aires y él en el resto de las provincias. La expansión, las ganancias que le trajo el juego, le permitió meterse en otros negocios que van desde el petróleo hasta la producción de aceitunas.
- Ustedes mencionan que una empresa española factura más en la provincia de Buenos Aires que en Europa. ¿Por qué?
- Federico Poore: Un dato muy brutal que vimos cuando hacíamos el libro es que el 40% de las ganancias mundiales de Codere están en la provincia de Buenos Aires. En otras zonas tienen muchas más prohibiciones, en Brasil sólo opera hipódromos porque no se puede tener Casinos. En México están cerrando muchas salas por el narcotráfico, en España tienen una regulación muy estricta. Las máquinas que explotan en la Provincia son en muchos lugares del conurbano. Paradojicamente, las salas ubicadas en lugares más pobres son las que más recaudan.
- ¿Qué administración política le favoreció el ascenso a Codere?
- Fue Felipe Solá sobre todo. Los primeros bingos aparecieron en la época de (el exgobernador) Eduardo Duhalde, pero hasta el año ‘98 no podían tener tragamonedas en los bingos. El negocio de los tragamonedas en los bingos aparecen ahí. Pero recién en 2003 se blanquea a través de un decreto. A partir de ahí los empresarios empiezan a tener un negocio muy grande. Lo que defiende Solá es que los bingos pasaron a ser la segunda fuente de ingresos por ARBA. Hasta el 2001 pagaban un millón por año. A partir del control online pasaron a pagar 80 millones en 2002 , 265 millones en 2003. Creció el negocio y creció mucho más lo que el Estado recauda.
- En esta estructura tan federal, ¿Angelici es un pez chico?
- Ramón Indart: Angelici podría ser considerado un pez chico a nivel federal, pero en la provincia de Buenos Aires es un binguero clásico y sobre todo es muy poderoso, porque dirigió la Cámara de Bingos y, en sociedad con Daniel Mautone, tiene varias de estas salas. En los papeles, ahora no está físicamente porque preside el club xeneize, pero sobre todo, si Cristóbal López se mete en el Prode bancado, lo que se planea como el nuevo fútbol argentino, tiene en Angelici una pata que además de ser binguero es presidente de uno de los clubes más populares del país.
- ¿López y Angelici, en este esquema, son socios?
- No los mencionamos como socios ni mucho menos, pero sí tienen una muy buena relación. Angelici mismo lo dice cuando lo fuimos a buscar para el libro.
- ¿Piensan que algo va a cambiar en el negocio después de 2015?
- Cuando termine lo que es el actual kirchnerismo, los empresarios siguen. Cristóbal, en los últimos años, amplió el negocio del juego en otros países. Por ejemplo, a Estados Unidos. Se va abriendo y va teniendo negocios en otros rumbos para sobrevivir una gestión política. Aún así, en el hipódromo tiene hasta 2032. De todos modos, aunque no se lo mencione mucho, Cristóbal tiene una gran relación con otras gestiones políticas, por ejemplo con el Pro.
(*) De la redacción de Perfil.com.
