Los problemas de la Presidenta Cristina Kirchner son políticos y por eso dentro y fuera de su gobierno se habla tanto de encontrar las soluciones políticas más adecuadas, si es posible antes de que esas dificultades sigan contaminando la economía, que, gracias a la globalización y a las locomotoras de China e India, ya no depende tanto de lo que sucede en la Casa Rosada.
Hasta ahora se hablaba de un cambio en el Gabinete para el 25 de mayo, que incluiría a Economía y tal vez a la Jefatura de Gabinete. Pero, el sindicalista Luis Barrionuevo, siempre diestro a la hora de leer los vaivenes políticos, acaba de verbalizar lo que varios piensan: que la situación llegó a un punto que conviene que Néstor Kirchner deje su despacho en Puerto Madero y asuma como Jefe de Gabinete.
Sería un cambio a la europea: Néstor se convertiría en una suerte de primer ministro, a cargo del gobierno cotidiano, y Cristina se desempeñaría más como una presidenta tipo Jefa de Estado. También podría ser interpretado como una salida a un problema que el peronismo ya vivió cuando Héctor J. Cámpora fue elegido como presidente en 1973 sólo porque Juan Perón estaba proscripto. El lema fue en aquel momento "Cámpora al gobierno, Perón al poder". La dicotomía, imposible de digerir en un país tan presidencialista, fue la renuncia de Cámpora forzada por Perón y la inmediata elección plebiscitaria de Perón para un tercer mandato.
En las últimas elecciones, Cristina fue elegida por los logros de Néstor y, en ese sentido, la vuelta de su marido al gobierno sería una manera de solucionar esa dicotomía entre gobierno y poder político, más acorde con la situación de los Kirchner. El gobierno de Cristina es aún muy corto pero se pueden ver ya al menos dos momentos: hasta el 10 de marzo, había un doble comando virtual, con Cristina en la Casa Rosada y Néstor en Puerto Madero; el 11 de marzo el sorpresivo decreto que modificó las retenciones y desató la rebeldía campestre marca un intento de Economía y de la Jefatura de Gabinete, avalados por la Cristina, de solucionar sin Néstor la necesidad de asegurar el financiamiento del gobierno.
Ese intento no está prosperando y por eso se habla tanto del cambio de gabinete, centrado en esas dos áreas y con un nítido protagonismo del ex presidente.
