En una charla privada con el flamante embajador argentino ante el Vaticano, Juan Pablo Cafiero, el papa Benedicto XVI se interesó hoy por la situación de la pobreza en la Argentina, los efectos de la crisis internacional en el país y convocó al Episcopado y al gobierno a "robustecer el diálogo y la colaboración".
Al recibir las cartas credenciales de Cafiero, el Pontífice pidió también "no derogar ni dejar a merced de consensos partidistas" derechos "fundamentales de la persona" y "valores irrenunciables", como la "erradicación de la pobreza", "la familia basada en el matrimonio entre un hombre y una mujer" y "la defensa de la vida humana desde la concepción hasta su término natural". Las palabras del Papa tuvieron una clara alusión a los proyectos de ley de aborto legal y matrimonios entre personas del mismo sexo.
Benedicto XVI expresó, además, "los mejores deseos de que se robustezca el diálogo y la colaboración entre las autoridades argentinas y el Episcopado de esa Nación, en aras del bien común de toda la población”. De esa manera hizo un llamado de atención a la tirante relación que mantiene el Gobierno de Cristina Fernández con el arzobispo de Buenos Aires, Jorge Bergoglio.
Al tiempo que destacó la llegada del embajador, la cual "representa un momento de particular importancia en el camino de las relaciones bilaterales entre la Sede Apostólica" y la Argentina.
El Pontífice recibió a Cafiero en la Biblioteca privada de la Casa Pontificia del Vaticano. El embajador presentó sus credenciales, luego intercambiaron los discursos escritos, como es tradición, y finalmente tuvieron una audiencia privada.
Puertas adentro, el Papa consultó a Cafiero sobre el impacto de la crisis internacional en Argentina y la situación de la pobreza. Allí, el embajador advirtió sobre las víctimas religiosas en los últimos conflictos armados, en especial en Irak, y propuso a la Argentina como país receptor de perseguidos por motivos de credo.
Al referirse al acto que compartieron hoy en Monte Aymond la presidenta Cristina Fernández de Kirchner con su par chilena, Michelle Bachelet, junto a la delegación apostólica, el Papa consideró que el monumento a construirse allí "será un testigo elocuente, y servirá para estrechar aún más los lazos de hermandad y la voluntad de entendimiento entre ambos países".
Por su parte, Cafiero expresó que el gobierno "anhela subrayar todos los aspectos que unen a esta antigua y fecunda relación con la Santa Sede" y agradeció "una vez más" en nombre del pueblo argentino "la mediación papal llevada adelante Juan Pablo II".
El diplomático argentino destacó además "la especial significación que tiene la visión común sobre el valor de los derechos humanos", y aseguró que "la justicia, la memoria y la verdad son los pilares de la reconstrucción ética de nuestra sociedad".