El 2011 encontró al jefe de Gabinete Aníbal Fernández en una situación incómoda dentro del Gobierno, informa esta semana la Revista Noticias.
A diario se repiten los rumores sobre su posible renuncia, desplazaron a varios de sus hombres más fieles, perdió el manejo de la Policía Federal, la designación del joven Juan Manuel Abal Medina en la Secretaría de Medios fue una mojada de oreja para el quilmeño; y aunque lo niegue, en su botonera ya no figura el botón del Fútbol para Todos.
Está en el centro de la tormenta, así que su clásico descanso en Villa Gesell se transformó en el peor de los veranos.
Los dirigentes que lo acompañan cada verano entre las carpas del parador Ola-lá! dicen que está "deprimido", pero que intenta disfrazarlo para no mostrarse débil. "Cada vez que baja a la playa monta una obra de teatro; cuando llegan los que no son amigos de él, arma un show", explica un compañero de veraneo con el que juega al truco seguido.
Pero a pesar de las turbulencias políticas que lo aquejan esta temporada, el funcionario sigue al pie de la letra la misma rutina de años anteriores. A media mañana deja su departamento de la calle Alameda 201, a escasas cuadras del balneario, y se vuelca al truco playero. Al mediodía corta para almorzar -una ensalada- en el bar del lugar y a la tarde vuelve a los naipes, todos los fines de semana. Por la noche, suele ir con su familia a Don Ramón, un restorán clásico de Villa Gesell donde degusta pescados.
La nota completa, en la última edición de la Revista Noticias.
