La presidenta de la Fundación Madres de Plaza de Mayo, Hebe de Bonafini, y el resto de las madres que integran el Consejo de Administración de la entidad estuvieron a punto de quedar comprometidas en la causa que instruye el juez federal Norberto Oyarbide.
Dos altas fuentes judiciales, que pertenecen al reducido grupo de investigadores con acceso al expediente, confiaron al Diario PERFIL que Bonafini estaba en la mira debido a su "escasa voluntad para colaborar" en la causa por malversación de fondos y lavado de dinero. Pero eso no era todo.
También contaron que fue la aparición de un contrato entre la Fundación y la empresa Meldorek para la provisión de construcciones móviles con fecha 28 de diciembre de 2010 lo que prendió una alerta en la Justicia sobre la posible complicidad de Bonafini. "Estaban al borde de la indagatoria, junto con Schoklender", le confesó a este diario una altísima fuente de la causa.
El acuerdo escrito entre las Madres y la constructora de Schoklender llevaba la firma de Bonafini, quien hasta el momento decía desconocer a Meldorek.
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