Después de pasar algunos de los más exclusivos countries de la zona de Pilar, el asfalto deja lugar a una calle de ripio de una sola mano, y más adelante el camino es de tierra. Los barrios cerrados se transforman en terrenos de varias hectáreas, con añosa arboleda y mansiones que se divisan desde el camino. Allí, pasando Villa Rosa, Daniel Angelici se construyó su lugar en el mundo.
El presidente de Boca compró el año pasado un terreno de seis hectáreas. En pocos meses, Angelici restauró y agrandó la casa principal, levantó un enorme “quincho” para más de 200 personas y construyó una pileta con desniveles en la que se destaca un enorme escudo de Boca en el fondo. Y eso no es todo. Cuenta con una cancha de fútbol 11, con un césped que no le envidia nada a cualquiera de las inferiores de Boca; cancha de paddle y básquet; hoyos de golf; y hasta una capilla, el sueño de una familia tradicional con sangre italiana como la Angelici. El proyecto con el que soñó el amigo del presidente Mauricio Macri incluye también cine, anfiteatro y pista de salto con caballerizas. También está en carpeta la construcción de cabañas para invitados.
Aunque las obras siguen en marcha (esta semana, cuando PERFIL estuvo por el barrio había movimientos de máquinas), la familia ya pudo estrenar su refugio de Villa Rosa. A principios de febrero, Angelici le organizó a su esposa, María Inés Belloni, una imponente fiesta de cumpleaños (el número 47) en el quincho. Hubo más de 150 invitados, entre los que se contaron el ministro de Seguridad porteño, Martín Ocampo; el vicejefe de Gobierno porteño, Diego Santilli; y el titular del bloque PRO en la Legislatura, Francisco Quintana.
La elección de esa zona del Gran Buenos Aires (a la altura del km 50 de la Panamericana) no resultó azarosa para el presidente de Boca. En pocas hectáreas a la redonda, tienen sus mansiones hombres ligados al radicalismo y a la vieja SIDE. Entre los vecinos de Angelici se encuentra el histórico operador, y siempre en las sombras, de la UCR, Enrique “Coti” Nosiglia. Cerca de allí está la quinta La Esperanza, propiedad y refugio del ex presidente Fernando de la Rúa. El primer “poderoso” en establecerse en esa zona del partido bonaerense de Pilar fue Fernando de Santibañes, ex jefe de los espías y procesado junto a De la Rúa en la causa por las coimas que se pagaron en la sanción de la reforma laboral. Causa que se cerró definitivamente hace un año, con todos absueltos.