La batalla entre Elisa Carrió y Ricardo Lorenzetti recién comienza. Ahora, el presidente de la Corte Suprema demandará a la diputada por un millón de dólares. “No menos de seis ceros y en dólares”, dijo a PERFIL Jorge Rizzo, presidente del Colegio Público de Abogados de la Capital Federal y quien patrocina al juez en su embestida judicial.
En su mente, Rizzo tiene la cifra redonda que inaugura los millones. El argumento es que Carrió destrozó la imagen y necesita ser reparada.
“Va a hacer lo mismo que buscaron Ricardo Echegaray y Aníbal Fernández. Así funcionan los mafiosos. Con lo que le gusta la plata a Lorenzetti, no esperamos menos de él”, replicó uno de los asesores de la diputada.
En la Corte Suprema y en el Gobierno se agarran la cabeza. Temen por las consecuencias de una pelea en donde ninguno de los dos contrincantes se baja a tiempo del ring.
El presidente Mauricio Macri evitará contradecir a Lilita en tiempos de campaña electoral.
En la Corte Suprema, a su vez, le dejaron claro a Lorenzetti que es un problema que deberá afrontar en soledad. Se lo dijo Elena Highton. Días atrás, Lorenzetti dio una nota a Clarín con el ministro Horacio Rosatti. Aparecía una foto de ambos enlazados en un abrazo. Pero Rosatti aclaró frente a su colega que respetaba a Carrió y que también la abrazaría si la viera. “Esto ya no es judicial, es político –razonan los que caminan el cuarto piso de los tribunales–. Mientras, la Corte funciona y los fallos salen. No hay sentencias unánimes. Acá los cinco definen”. Lo demuestran los últimos fallos: una alquimia que trasmuta en cada sentencia. “No hay alianzas prefijadas. Acá nadie manda, todos cuentan”, dicen en la Corte. Ahora la expectativa está en el caso de Milagro Sala pero prometen que habrá más sentencias de alto voltaje.
El factor Servini. Al comenzar abril, Lorenzetti había mandado las primeras cartas documento a Carrió y a María Servini, la otra protagonista del enfrentamiento.
La jueza investiga a Lorenzetti en la causa Fútbol para Todos y había dicho a PERFIL que su superior presionaba a los jueces. “Servini es una leona defendiendo a su cachorro –afirmó Rizzo–. Ella cree que Lorenzetti fogoneó la salida del hijo del Consejo de la Magistratura y Lorenzetti piensa que fue el Gobierno porque el que se quedó con la administración está ligado al PRO. En el ínterin, a Servini alguien le llenó la cabeza. Después apareció el fallo del límite de los 75 años que pensó que era para ella. Debería excusarse en Fútbol para Todos por enemistad hacia un imputado”. Servini le respondió a Lorenzetti con otra carta y Carrió con el pedido de juicio político. Nadie tiene certezas sobre la suerte que correrá el pedido en el Congreso, pero tampoco creen que será cerrado en medio de las elecciones. “El limbo es el problema –dicen en Tribunales–. Lorenzetti quedó adentro de la pelea política. Todos los que pelearon con Carrió perdieron”.
La demanda. El domingo pasado, Elisa Carrió anunció su candidatura con Mirtha Legrand y se quejó del abandono del PRO, tras la reapertura de una causa en su contra por presunto enriquecimiento ilícito. La diputada vio detrás la sombra de Lorenzetti. El lunes, de Mauricio Macri para abajo salieron todos a respaldarla.
El martes, Lorenzetti envió a Carrió una segunda carta documento anunciando el juicio por daños y perjuicios.
La titular de la Oficina Anticorrupción, Laura Alonso, dijo que esa reacción fue “un poco exagerada” y le recomendó “rendir cuentas porque siempre es saludable”. En los Tribunales consideraron la reacción del presidente de la Corte Suprema un “error estratégico: se metió solo en la campaña”.
La demanda de Lorenzetti por daños y perjuicios se haría en los tribunales civiles porque el juez acciona a título personal por lesiones a su honor. “¿El importe? No es menos de seis ceros y en dólares”, insistió Rizzo. Pero puso suspenso cuando PERFIL le preguntó cuándo se iniciará.
“Lorenzetti es parco, parece un cura. No podés leerlo del todo y no es un cliente común, es el presidente de la Corte”. Pero advirtió: “Como amamos la paz, estamos preparados para la guerra”.
En el entorno de Lorenzetti confiesan que el juez creyó que el asunto se iba a calmar por la mediación de Mauricio Macri, pero el plan fracasó.“Sí, él me pide pero yo le digo que no”, sostuvo ayer Carrió, en referencia a la participación del Presidente.
Lorenzetti no sabe por qué la diputada se la agarró con él. “El me jura que no sabe y está indignado por los hijos, por la gente que lo rodea. Le despedazó la imagen”, enfatizó Rizzo.
Las consecuencias del enfrentamiento que dejó en el medio a los juzgados se vuelve impredecible.