POLITICA
LA CARRERA PRESIDENCIAL

El PRO y la UCR generan nuevas rupturas internas

Los reacomodamientos en ambos partidos están complicando las candidaturas, de cara a un año electoral que promete ser intenso. La foto que no se divulgó en la Vendimia, los consejos de Monzó a Bullrich y el voto larretista. Las irregularidades en La Pampa, con sospechas sobre presuntos acuerdos con el PJ local, son parte de las ásperas charlas que mantienen los dirigentes nacionales. La batalla electoral en Chubut también integró el reciente temario mientras que el caso Tucumán, donde no hay acuerdo por el armado, pone al rojo vivo al frente opositor.

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En paralelo. Bullrich tuvo una intensa actividad en Mendoza con radicales en la Fiesta de la Vendimia. Rodríguez Larreta se mostró con el gobernador radical Gustavo Valdés. | cedoc

El jueves 2 de marzo a la noche, en horas previas a los principales festejos de la Fiesta de la Vendimia, en el lujoso Hyatt de Mendoza, un grupo de dirigentes del PRO y de la UCR dialogaban amenamente, entre tragos. Cuando llegó Patricia Bullrich, el senador radical Luis Naidenoff dejó su silla rápidamente para que se sentara y le alcanzó un vaso de agua. Incluso se bromeó con que había llegado “la presidenta” de Juntos por el Cambio. El formoseño había llegado junto a su mujer, la senadora Carolina Losada, y la hermana de la periodista, Georgina, “Geo”.

La actitud sorprendió hasta a Alfredo Cornejo y al gobernador Rodolfo “Rody” Suárez, los anfitriones del ágape. Ese mismo día, nunca se divulgó, pero hubo una foto en la que Bullrich estaba abrazada al larretista Eduardo Macchiavelli, secretario general del PRO, junto a los radicales. Bullrich había chicaneado a Macchiavelli y a la senadora Guadalupe Tagliaferri con que no querían una foto con ella. La imagen salió. Pero no llegó a los medios.

La que sí se difundió fue al otro día, junto a Facundo Manes –su hermano Gastón fue testigo de lo ocurrido el jueves– y el diputado Rodrigo de Loredo, entre otros. Los onerosos gastos de Cornejo y Suárez en la Vendimia son un comentario extendido desde hace diez días. Con todo, la escena puso de relieve los cruces entre el PRO y la UCR, y se suma a la tensión que viene dándose en el armado de las candidaturas a gobernador en las provincias.

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A nivel nacional, tanto la titular del PRO como Horacio Rodríguez Larreta vienen buscando un acuerdo con los radicales. Ambos pretenden la estructura que puede dar el centenario partido y, en el caso del jefe de Gobierno, una coincidencia muy marcada vinculada al rol del Estado y a las políticas macroeconómicas. Es más: los asesores larretistas tienen estudiado que gran parte del componente del voto del jefe comunal coincide con el del clásico votante radical.

Por su lado, tras los buenos consejos de Emilio Monzó y el diputado y exviceministro del Interior, Sebastián García de Luca, lograron convencer a la presidenta del PRO de que lo mejor que podía hacer era ir a un entendimiento con dirigentes, intendentes y gobernadores radicales para ganar en volumen territorial ante la avanzada del larretismo.

Provincias. Este clima de división es el mismo que se viene dando en los cierres de candidaturas en muchos distritos. Hasta comenzaron a deslizarse presuntos acuerdos de la UCR con el PJ kirchnerista en algunas provincias.

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Bullrich tuvo una intensa actividad en Mendoza con radicales en la Fiesta de la Vendimia.

Hay un estudio que tiene el PRO –que no se dio a conocer– en el que se analizó en detalle la elección interna de La Pampa, donde ganó la UCR. Allí se observan diversas peculiaridades. Por caso: en nueve municipios los radicales se llevaron nueve de cada diez votos en las internas no obligatorias. Hay un distrito donde el PRO sacó cero. Y otros seis donde sacó entre 3% y 12%. Todo muy lejos del promedio: el resultado final fue 56% a 43%. La hipótesis: que para ganar muchos intendentes de la UCR pidieron ayuda al PJ local para derrotar al PRO.

Este mecanismo es parte de las ásperas charlas que mantienen los dirigentes nacionales. También se vio en Trelew, donde en las primarias del domingo pasado el referente radical Damián Biss, intendente de Rawson, no solo impuso que sean elecciones cerradas (incumpliendo el reglamento de la mesa nacional de JxC) sino que armó un acuerdo con el gobernador massista Mariano Arcioni para llevar a uno de sus exministros como precandidato a intendente. Perdió con el radical que llevó el senador Ignacio “Nacho” Torres (cercano a Larreta), quien participó a regañadientes con su boleta. Bullrich colaboró para que Torres no tirara todo por la borda y activó una junta electoral eficiente para que se hicieran los comicios. Ahora para gobernador la UCR se quedó sin excusa: debería ir a una primaria abierta.

Se viene el cierre en Tucumán y, otra vez, el radicalismo quedó en la mira: el diputado Roberto Sánchez discutió telefónicamente con Mauricio Macri –quien estaba en Italia– porque no aceptaba realizar una tercera encuesta que dirimiera quién está mejor posicionado para ser candidato a gobernador de JxC. Del otro lado está el intendente de San Miguel, el peronista Germán Alfaro, cercano a Larreta. Se metió Gerardo Morales en el medio. En estos días se definirá. Pero por las dudas Sánchez había inscripto a JxC bajo su ala para llevar el sello si es candidato.