POLITICA
Tercera jornada de msica en River

El Quilmes Rock explotó con el sonido de Los Piojos

Excéntricas escenografías y grandes invitados sorpresa, como Charly García, fueron los ingredientes de una picante jornada en el Monumental.

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Grandes sorpresas, como Charly García y Roberto Petinatto, excéntricas escenografías virtuales, homenajes a Jorge Guinzburg y a los caídos en la guerra de Malvinas, y un público de más de 60.000 personas que no paró de cantar ni corear eufórico. La tercera edición del Quilmes Rock no mezquinó ingredientes para una jornada que hizo explotar al estadio de River, con una frutilla de postre picante y endiablada: Los Piojos.

Guasones, No te va gustar, Ratones Paranoicos y Las Pelotas fueron las bandas que tocaron una tras de otra desde temprano, con propuestas que por momentos hicieron delirar. Y hasta Charly García sorprendió a los espectadores cuando apareció en medio del show de los Ratones y tocó sus temas Cerca de la revolución, Influencia y No importa, ante un público que a esa altura ya empezaba a subir su nivel de adrenalina.

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Siguió Las Pelotas, que encendió aún más un Monumental que ya explotaba de gente. Acompañada por momentos con el saxo de Petinatto, y un final al que también se sumó la trompeta de Gillespi, la banda tocó algunos de sus temas más nuevos, como Siento luego existo y Como un buey, y agregó algunos de sus éxitos más viejos, como Muchos mitos y Capitán América.

A las 22.30 el público ya estaba impaciente. Hacía 15 minutos habían terminado Las Pelotas y la ansiedad por ver a Los Piojos no daba tregua. Los cánticos y aplausos alentando a la banda cubrían el estadio. Cuando a las 22.45 comenzó un juego de luces y las pantallas apoyadas en el escenario destilaban imágenes y letras de temas de sus discos, el Monumental entero parecía fusionarse en un frenesí único, mientras las banderas, o “trapos”, se alzaban como parte del rito “piojoso”.

En bicicletas, una moto y un Citröen fueron entrando los músicos, hasta que ingresó Andrés Ciro al escenario, a bordo de un pequeño auto rojo. Temas candentes, como Taxi boy y Ay, Ay, Ay, hicieron delirar al público, y no faltó el Himno Nacional tocado por Ciro con su armónica, que vino acompañado de un homenaje a “los héroes de Malvinas, tanto a los que quedaron allá como a los que volvieron”, según dijo Ciro ante la eufórica multitud. A las 12 en punto se vino el homenaje a Jorge Guinzburg, con un pogo al ritmo de Como Alí, el mismo que a las 12 del mediodía hacía el fallecido conductor con su equipo del programa Mañanas Informales.

El show continuó sin descanso hasta las 1.15 de la madrugada, y no hubo un solo “piojoso” que dejara de corear hasta los temas de su más reciente disco, Civilización. Con las luces ya prendidas y después de haber dicho el último adiós, la banda siguió en el escenario para concluir un show único con un rito que nunca falta: la lectura de la leyenda de los “trapos” que los acompaña en cada concierto.