POLITICA
negociación de cargos

El reparto en el Senado depende de la definición entre Alberto y Cristina

La dupla presidencial tendrá la última palabra sobre el esquema de autoridades en el Senado que, según se estima, llegará sobre fin de mes.

senado elecciones 10262019
Imagen ilustrativa. La unidad del Frente de Todos le garantizaría a Alberto Fernández, de ser electo, tener bloques de 136 diputados y 43 senadores. | Noticias Argentinas

Como en la mayoría de los niveles del futuro gobierno, la dupla presidencial tendrá la última palabra sobre el esquema de autoridades en el Senado que, según se estima, llegará sobre fin de mes, una vez que se hayan decidido otros elementos del “tetris” del poder. El regreso de CFK al país, previsto para el próximo lunes, intensificará los movimientos que se vienen dando en la Cámara alta tras las elecciones.

Para martes y miércoles están previstas reuniones de bloque tanto del Frente para la Victoria-PJ como de la bancada justicialista de Carlos Caserio por separado, un cronograma que se seguirá manteniendo al menos hasta diciembre, cuando se redistribuirán los nombres y se conformaría un interbloque del Frente de Todos. Integrados o no, los peronistas tienen un piso de 39 senadores, lo que ya les permite acceder al quórum propio, una llave ansiada por cualquier oficialismo.

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“Unirse en un interbloque sería muy sano porque nos daría la posibilidad, al ser mayoría, de brindarle al nuevo presidente las comisiones más significativas en el Senado”, aseguró ayer Caserio, uno de los que podría tener un lugar de relevancia en el reparto de cargos, aunque aclaró que esa cuestión se va a tratar para ver “cuál es el pensamiento de Cristina y Alberto”

Según supo PERFIL, Marcelo Fuentes, jefe del bloque K, mantuvo asiduos contactos con el otro “bando” que responde a los gobernadores, como el senador por Formosa José Mayans. Ese equilibrio es el que se buscará respetar al momento de repartir los cargos en la Cámara alta, por lo que si el ala kirchnerista se queda con la jefatura del interbloque, la presidencia provisional quedaría reservada para un representante de los gobernadores, o viceversa.

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En esa pugna sigue firme la senadora por Mendoza y frustrada candidata a la gobernación Anabel Fernández Sagasti, compañera de banca de Cristina que, a su vez, recibió tres veces en la provincia a Alberto antes de que fuera electo presidente. También está Oscar Parrilli, mano derecha de la ex presidenta, quien podría recalar en un lugar de relevancia, sobre todo si se tiene en cuenta que es una figura de confianza que podría estar en la línea de sucesión presidencial.

En los últimos días, Sagasti buscó sumar puntos y se involucró para fomentar la aprobación en Diputados de dos leyes que Alberto Fernández quiere tener para el inicio de su gestión: Góndolas y Alquileres. Si bien desde su entorno admitieron que está dentro del lote de posibles autoridades, aclararon que será la lapicera de Cristina y Alberto –y no el consenso entre pares– la principal herramienta para llenar los casilleros.