Mucho se habló y se dijo sobre su secuestro. Las dudas sobre el caso se instalaron en los medios y la sociedad y la investigación nunca deparó nada. Ninguna de las pistas llegó a buen puerto. El rol de Néstor Kirchner en su aparición también despertó sospechas. Hoy, Luis Gerez sobrevive como puede, con algunos miedos pero con un “laburo digno”. A más de dos años del suceso que lo hizo “famoso”, Perfil.com lo encontró trabajando como albañil para la Fundación Madres de Plaza de Mayo que dirige Hebe de Bonafini.
Dos días duró el secuestro de Luis Gerez, un militante kirchnerista que en abril de ese año declaró ante el Congreso que el ex comisario Luis Patti lo había torturado en 1972. Por estos días Patti se encuentra detenido en el penal de Marcos Paz luego de que perdiera sus fueros como legislador.
Con el caso Gerez y una operación mediática, que incluyó al por entonces presidente Kirchner hablando por cadena nacional minutos antes de la liberación y la “primicia” del Canal 7 sobre la aparición, el Gobierno intentó disimular el fracaso en el caso de Julio López, quien aún hoy continúa desaparecido.
Días después de su cautiverio, Gerez atendió a la prensa pero eludió dar precisiones sobre su calvario. La conferencia en el local de su partido municipal, Pensar Escobar, fue un monólogo y Gérez no respondió preguntas, sembrando más dudas que certezas.
A poco más de dos años del secuestro, Luis continúa con su militancia y con la “felicidad” de sentirse “incluido” gracias al trabajo que le dio Hebe de Bonafini en el proyecto Sueños Compartidos. Gerez, de profesión albañil, es uno de los obreros que se encarga de construir las más de 400 viviendas que se están haciendo en el barrio Los Piletones, en Villa Soldati.
(*) Redactor de Perfil.com