Hugo Moyano atendió el teléfono. Del otro lado lo aguardaba uno de sus enemigos. El secretario general de la Uocra, Gerardo Martínez, de la CGT antimoyanista y con excelente diálogo con el Gobierno, le ofreció un plan B para correr a Antonio Caló de la jefatura de la central obrera.
La presidenta Cristina Fernández de Kirchner ya no tiene un candidato firme para enfrentar a Moyano y colocarle un líder gremial paralelo en la CGT. Tampoco tiene un bloque homogéneo de sindicalistas, ansiosos por ver cumplidos sus reclamos económicos.
Antonio Caló, el secretario general de la Unión Obrera Metalúrgica (UOM), el hombre del Gobierno para encabezar la CGT, pierde el apoyo de sus aliados y hasta de la propia mandataria. Pero sin Caló, los antimoyanistas no tienen ningún candidato firme para reemplazarlo. Tampoco el Gobierno.
Sin reemplazante. Los principales enemigos de Caló son sus aliados, y uno de ellos mantuvo una conversación telefónica con Moyano para acordar un plan B. Un plan que los sindicalistas aún no saben si complacerá a la Presidenta. “Queremos despegarnos un poco y sacarnos el mote de CGT oficialista”, dijo uno de los gremialistas más poderosos.
Los “gordos” le bajaron el pulgar a Caló luego de los dos desplantes que el metalúrgico le propinó a la Presidenta. Los “independientes” tampoco lo quieren y Gerardo Martínez ya comenzó a negociar con Moyano para imponer una alternativa a Caló.
La gota que rebasó el vaso fue su ausencia en la reunión de todo el frente antimoyanista con Cristina el lunes en la Casa Rosada.
Caló partió de vacaciones el miércoles 11 por la noche. “Se fue a internar a un retiro”, lo excusó Juan Belén, metalúrgico y secretario adjunto de la CGT anti Moyano, ante otros sindicalistas. Seis dirigentes y otros allegados a Caló aseguraron a PERFIL que se tomó diez días con su esposa en el Centro Adventista Piuggari de Entre Ríos, una clínica de vida sana.
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