POLITICA

El teléfono rojo de Cristina

El llamado de la Presidenta a una docente de La Plata que se quejó porque una cadena no respetaba los "precios cuidados".

Cristina Fernández de Kirchner al teléfono
| Cedoc

El llamado de la Presidenta de la Nación a Romina Ivonne Colombo se difundió en la cadena nacional de las buenas noticias –la “pública” y la de los amigos del gobierno- hasta el hartazgo. La docente de La Plata había realizado un comentario en la red social Facebook quejándose de la cadena Walmart que no respetaba los “precios cuidados”. El Gran Hermano gubernamental se enteró y la Presidenta la llamó para felicitarla por su conciencia como ciudadana y consumidora. Cristina Fernández de Kirchner según el relato de Colombo –que se define como de izquierda y niega militar en La Cámpora pero tampoco “ser una gorila”- le dijo: “Quiero que sepas que leí tu mensaje y cuando las críticas están bien fundamentadas, como la tuya, yo me encargo'".

Es posible que la Presidenta no conozca a Sandra González, Presidenta de Adecua, quien hace años denuncia los precios descuidados en las góndolas de los supermercados, incluso cadenas como Walmart elogiada, meses atrás, por la propia CFK como símbolo del capitalismo “bueno”. El 2 de mayo del 2013, en el Salón Mujeres Argentinas del Bicentenario, en Casa Rosada, la Presidenta inauguró la sucursal número 100 de Walmart, justamente en la ciudad de Colombo. Ese día, la Presidenta se preguntó: ¿Cómo era Walmart en el 2003? Estaba presente en siete provincias, hoy está en 21 provincias y en la Ciudad de Buenos Aires” comparando el crecimiento de la cadena norteamericana con el país. Meses después, esa misma sucursal sería denunciada por Colombo en su facebook que replicó “la reina del facebook” como llamó a Cristina, el irreverente Lucas Carrasco.

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Es posible que los argumentos de la titular de Adecua resulten menos consistentes para Cristina que los de una simple ciudadana como Colombo que, dicho sea de paso, sirvió como pretexto para que los medios afines al gobierno escrachasen a comerciantes y empresarios “especuladores” en sintonía con el discurso expresado por la Casa Rosada. En su momento, los informes de Sandra González, provocaron algunos llamados poco amistosos del ex secretario de Comercio, Guillermo Moreno. Pero, a la primera mandataria, tampoco le pareció importante. No discó su teléfono rojo para llamar a una mujer agredida. Tampoco sonó el celular de Laura Muñoz, la mujer que denunció a su marido Alejandro Vandenbroele por violencia de género. Pequeño detalle: su marido habría sido el testaferro de un conocido de Cristina, un tal Amado Boudou. Quien tampoco recibió el llamado solidario de la Presidenta fue Silvina Martínez, despedida de la Inspección General de Justicia por hacer su trabajo e investigar a la extraña sociedad The Old Fun, vinculada con los amigos del vicepresidente. La misma desconexión con Casa Rosada sintió Laura Elías, ex mujer del diputado provincial camporista, José Ottavis, a quien denunció por golpes, amenazas, quitarle la tenencia de su hijo y además violar la justicia electoral en las elecciones del 2011. Cuando quiso acercarse a la Presidenta, a Alberto Lebbos –padre de la joven Paulina asesinada por “los hijos del poder” en Tucumán- lo recibieron con gas pimienta en la cara. A Cristina, sólo la vio por televisión.

Demian Martínez Naya, un militante del PRO “agredido” en una marcha opositora en un confuso hecho, le escribió a la Presidenta preocupado por su salud. “¿No se te ocurrió escribirle una carta a Félix Díaz o a las víctimas de la tragedia de Once?” le pregunté al joven en una entrevista radial. “No, pero es una buena idea, lo voy a hacer”, respondió el militante. En el mientras tanto, a Cristina tampoco se le iluminó la lamparita para llamar al dirigente qom perseguido en Formosa. Tampoco lo recibió en Casa Rosada al igual que a la Madre de Plaza de Mayo crítica de su gestión como Elia Espen. Espen acompaña marchas de trabajadores como los de Kraft, petroleros de Chubut o los jubiladotes que reclaman el 82% móvil. Es cierto, no construyó viviendas como Hebe de Bonafini pero tampoco despidió a ningún trabajador ni dejó a cientas de familias sin sus prometidas casas. Mucho menos, se colgó de un poste para no pagar la luz durante años en su Fundación. Espen paga sus impuestos y, a su manera, reivindica los sueños revolucionarios de una generación, equivocada o no.

En los últimos años, Félix Díaz la pasó un poquito peor que Martínez Naya. Vive en Formosa, provincia gobernada por un “progresista” llamado Gildo Insfrán. Vale la pena recordarlo en épocas en que los kirchneristas recuerdan el pasado del flamante massista, Raúl Othacehé, el intendente de Merlo que sólo conoce el término democracia y pluralismo porque están en el dicccionario.

Tal vez no sea momento para preocuparse por estas inconsistencias de la solidaridad presidencial. Es que, como lo dijo en su última aparición pública, Cristina está decidida a hablar de los temas que le preocupan a la gente. Por eso se preguntó, indignada, cómo aumentó el precio de la yerba si se produce, íntegramente, en la Argentina. Hasta mi hija de 8 años reflexionó preocupada: “¿De dónde la traen a la yerba?” Misiones. ¿Aumentó el precio de los fletes y de la nafta en YPF? Malditos especuladores, habrá que seguir combatiéndolos, pero no a todos.

(*) especial para Perfil.com