Aunque el Vaticano se resiste a aceptar como embajador a Alberto Iribarne por su condición de divorciado, la Santa Sede no tuvo reparos en elevar nada menos que al cargo de canónico honorario de la catedral de San Juan de Letrán al presidente francés Nicolás Sarkozy, divorciado dos veces y ahora tapa de todas las publicaciones por su explosivo romance con Carla Bruni.
El presidente galo recibió el nombramiento durante su reciente visita a Roma, que incluyó un encuentro muy cordial con Benedicto XVI, según informa hoy el diario Clarín. El cargo canónico que recibió Sarkozy es una tradición histórica reservada al presidente de Francia, aunque Jacques Chirac y Francois Miterrand nunca fueron a Roma para recibir el nombramiento.
Fuentes del gobierno nacional y fuentes diplomáticas en Roma afirmaron que la situación de la vida privada de Iribarne es la causa que demora su aceptación como embajador ante la Santa Sede, según el matutino porteño. El plácet de Iribarne fue solicitado en diciembre, pero hasta ahora, sigue frenada su designación por la intransigencia vaticana.
