El 22 de octubre de 2017, Héctor Baldassi le dio a Cambiemos uno de los triunfos más resonantes en las elecciones legislativas de ese año. “La Coneja” obtenía en la provincia de Córdoba el 48 por ciento de los votos, 18 puntos más que su rival, Martín Llaryora, quien había accedido a encabezar la lista del peronismo en un comicio en el que se podía presagiar una derrota, pero no tan contundente. El gobernador Juan Schiaretti sintió el golpe y tomó nota del resultado. Preocupado, observó como su partido había caído en casi todos los departamentos que históricamente le habían sido favorables, pero entendió que una de las claves de la derrota era la fuerte polarización entre el macrismo y el kirchnerismo que afectaba de lleno a su candidato.
Sin perder el tiempo, el día después de la elección se puso a trabajar con la mira puesta en el 2019. Su primer paso fue llamar a la unidad del peronismo que había tenido algunas rispideces internas de los cuales los medios se habían hecho eco y convocó a todo Unión por Córdoba a trabajar en conjunto. “Así como hicieron un gran esfuerzo militante en esta elección, les pido que mantengan la humildad y redoblar el esfuerzo para mantener el poder en la provincia en 2019”, dijo horas después de la derrota. El objetivo no se ocultaba y quedaba claro: en el próximo turno electoral el peronismo no podía perder la provincia tras 20 años en el gobierno y para eso, además de remontar en el interior, debía ganar en Córdoba capital.
“Así como hicieron un gran esfuerzo militante en esta elección, les pido que mantengan la humildad y redoblar el esfuerzo para mantener el poder en la provincia en 2019”
La unidad del peronismo no fue el único movimiento del gobernador en pos del “objetivo 2019”. Schiaretti decidió encarar como sello de su gestión un amplio plan de obra pública, tal vez uno de los más ambiciosos de la historia de provincia, que incluía gasoductos, autopistas, nuevas rutas, puentes, parques, clocas, plan que PERFIL CORDOBA mostró en noviembre de 2017.
La trágica muerte de José Manuel de la Sota ocurrida el 15 de septiembre de 2018, provocó una cohesión aún más fuerte en el peronismo y dejó como único líder del partido a Schiaretti. Entre lágrimas y poco después de despedir a su histórico socio político, el gobernador llamó a los seguidores delasotistas a trabajar en conjunto. A la cabeza de ese bloque estuvieron Natalia de la Sota, hija del exgobernador, y Daniel Passerini, quien pocos meses después tuvieron roles determinantes en los comicios 2019.
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El último paso fue dejar atrás a la histórica marca denominada Unión por Córdoba, ampliar la coalición y convocar a otras fuerzas en un frente que se denominó Hacemos por Córdoba
En paralelo a las decisiones de Schiaretti, Cambiemos Córdoba pareció recorrer el camino contrario. Los principales nombres de la coalición no lograron, o no quisieron, ponerse de acuerdo y llegaron divididos, sin siquiera poder mantener el rótulo de Cambiemos en las boletas.
Los resultados fueron contundentes y Schiaretti consiguió un triunfo arrollador en toda la provincia, obteniendo su tercer mandato con números récord y apuntaló a Martín Llaryora, el otrora derrotado en las elecciones legislativas, como intendente capitalino, arrebatándole a Cambiemos un bastión clave como la Municipalidad de Córdoba. Todo esto a través de un proyecto que comenzó a gestarse aquel 23 de octubre de 2017.
CP