Faltan 12 días para las Primarias Abiertas Simultáneas y Obligatorias (PASO). En el tramo final, la polarización cubre la campaña. Kirchnerismo o macrismo. Macrismo o kirchnerismo. Los grises quedan casi afuera de la discusión. En ese contexto, María Eugenia Vidal irá por la reelección y Axel Kicillof intentará impedirlo.
En la Provincia no hay segunda vuelta. Todo quedará resuelto el 27 de octubre. La gobernadora querrá superar su propia performance, la que la llevó al sillón de La Plata derrotando al peronismo, y el ex ministro de Economía tratará de recuperar la Gobernación para ese partido.
A favor y en contra, la mandataria busca evitar la baja electoral que le provoca la figura de Mauricio Macri, entre otras cuestiones.
A favor:
- Sigue siendo la novedad política. Importante siempre para ganar una elección, ser "lo nuevo" dentro del sistema aunque la carrera en la práctica no sea así. Vidal es lo novedoso en una provincia que fue gobernada por el mismo partido político los últimos 28 años.
- El pasado del PJ en Buenos Aires. Es uno de los grandes activos de Vidal y lo repite en su discurso cada vez que puede. La gobernadora buscará asociar un regreso del peronismo al "abandono" de los bonaerenses. Votar a Kicillof, para los que organizan la campaña del oficialismo, es votar a ese PJ.
- Imagen positiva. La crisis económica no termina de darle un golpe a la imagen de la gobernadora. La responsabilidad, en última instancia, es del Presidente. En ese sentido, la estrategia de Vidal fue ponerse "a la par" del votante expresando humanidad o sentimiento de cercanía. Por ahora, dio resultado.
En contra:
- Situación social de la provincia. La pobreza, el desempleo y la inflación. Las tres cosas aumentaron en los últimos 4 años. Ese presente le juega una mala pasada a las intenciones de reelección que tiene Vidal. Por eso estuvo el intento de desdoblar la elección para ir a las urnas lo antes posible. Pero el plan fue desactivado desde Balcarce 50 ante la necesidad de Macri.
- La imagen del Presidente. Cuando los estrategas de la campaña miden a Vidal frente a Kicillof sin boleta presidencial mediante, el triunfo de la gobernadora no corre mayores riesgos. Con Macri y Cristina arriba, los números cambian. Pero el problema no es nuevo para el equipo de la gobernadora. Conviven con ese dilema desde que comenzaron a circular los primeros sondeos. Y tampoco hubo algún comentario al respecto cuando desde Presidencia piden compartir actos de campaña. La necesidad primordial es que el Presidente gane el país. Nadie dentro del PRO quiere imaginar a Vidal gobernando con Alberto Fernández en la Rosada.
- Servicios públicos. Las tarifas no detienen su aumento salvo en los meses previos a las elecciones, tal como sucedió en 2017. La luz, el gas y el boleto de transporte público se dispararon de tal manera que las quejas se volvieron una constante ante cada recorrida de los dirigentes del oficialismo.
Dónde voto: ya se puede consultar el padrón definitivo
¿Y que encontramos del lado de Axel Kicillof? Los pros para el exministro:
- Comparación económica de las gestiones. Si bien el macrismo destaca la pesada herencia, los números más sensibles empeoraron, lo que revitalizó al discurso K en medio del debate por la política económica. El dólar se devaluó y superó los 45 pesos, la inflación se duplicó, los índices de desempleo aumentaron y la pobreza también, tomando como fuente el estudio de la Universidad Católica Argentina (UCA) que era referencia para la oposición antes del 2015. ¿Qué plantean en el entorno de Kicillof? Que hubo evidentes problemas que dejó el kirchnerismo sin resolver. Pero que el macrismo, lejos de solucionarlos, los empeoró.
- Sin corrupción. No hay muchos candidatos dentro del kirchnerismo que puedan transitar la agenda pública con tanta tranquilidad cuando se habla de corrupción como Kicillof. Propios y extraños lo destacan como un dirigente honesto, que no cambió su patrimonio personal a pesar de haber detentado numerosos puestos de poder. En una campaña donde la ética fue aprovechada al máximo por Cambiemos, el exministro sale de pie y las acusaciones no lo golpean.
- No es barón del conurbano. 47 años, militancia en Capital Federal y poco recorrido por la rosca del PJ bonaerense durante los '90 y los años de Néstor Kirchner, el actual diputado nacional no es el favorito de los dirigentes más cuestionados socialmente en la provincia de Buenos Aires. Si bien en el territorio puede generar más de un dolor de cabeza, puede mostrarse como algo distinto a ese sistema.
Los contras:
- Intendentes no juegan al 100%. Pintadas, boletas y hasta la amenaza de tijera post PASO si el resultado no es abrumador. Todo eso está dentro de la negociación del Instituto Patria con los jefes comunales del conurbano bonaerense. Es sabido en política que si ganas todos se alinean. Si hay riesgo de una derrota, el corte de boleta no es para nada traumático para quien quiere mantenerse en el poder. Por eso en el kirchnerismo están con las señales de alerta recorriendo y verificando que los intendentes jueguen de frente y destaquen al candidato K. Ya se llevaron varias sorpresas desagradables.
- En frente está la mejor candidata. Kicillof sabe que la contrincante para 2019 no es para nada sencilla. Hoy Vidal es la política con mejor imagen del país a pesar de que puede llegar a perder la elección. Para los que, dentro de ese equipo, quieren ver el vaso medio lleno, enfrentar a la mejor candidata y ganarle sería histórico.
- El arrastre del PJ. "Votarlo es votar a los 28 años del Justicialismo gobernandor Buenos Aires". La frase la repiten Vidal y su equipo en todas las entrevistas. Ubicar a Kicillof como un dirigente más de ese sistema que llevó a Buenos Aires a una decadencia brutal. Y Kicillof también lo sabe. Los necesita para controlar y fiscalizar el amplio territorio bonaerense, pero sabe que también se pueden transformar en el peor enemigo para esta recta final.
RI/MC